Hidrógeno Verde promotor de una nueva división internacional del trabajo

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En días previos se dio a conocer un estudio puntual sobre las tendencias que habrán de tomar los países que están configurando el mundo del hidrógeno verde, el combustible llamado a convertirse en el factor clave dentro de la Transición Energética global.

El reporte fue realizado por los investigadores Katharina Thoms y Andreas Stamm, y promovido por la fundación teutona Friedrich Ebert Stiftung, conocida por sus siglas en alemán como FES, y que se distingue por ser una entidad sin fines de lucro que opera bajo valores como la libertad, solidaridad y justicia social, todos ellos propios de la democracia social.

El reporte tiene como título ‘Hidrógeno verde en Costa Rica’, pero previo a incursionar en el perfil del país centroamericano en la materia, el documento describe las tendencias que habrán de seguir la investigación, producción y, sobre todo, el comercio del combustible en el mediano y largo plazo.

Uno de los puntos clave y que sobresalen en el documento es que la economía del hidrógeno verde marcará una nueva división internacional del trabajo en función de su producción como en su momento lo fue la división entre productores y consumidores de petróleo a nivel planetario, aunque la nueva división a trazar aún está en ciernes de acuerdo con el reporte.

Al introducirse al tema, los autores lo primero que señalan es que Europa y Japón serán los grandes consumidores del hidrógeno verde y los primeros importadores del combustible y sobre ello ya hay varios indicios, dos de ellos: El acuerdo de colaboración y asistencia firmado entre entidades alemanes y chilenas y lo declarado por el embajador de Alemania en México durante la inauguración de la reciente edición del Solar Power México 2021.

Se prevé que Estados Unidos siendo uno de los principales productores y consumidores de hidrocarburos en el planeta, su Transición Energética lo colocaría a la cabeza en la producción de hidrógeno verde debido a su creciente generación de energía eléctrica vía tecnología fotovoltaica y eólica, lo cual colocaría al vecino del norte en una posición estratégica como productor y exportador.

Amanecer en Verde. Ocosingo, Chiapas. México

Imagen de Jorge Zarco

De acuerdo con los autores del reporte, China con su gran capacidad de generación de energía renovable y su insaciable consumo de petróleo, carbón y gas natural su papel dentro del mercado en hidrógeno verde aún es impredecible.

Para el gigante de Asia una de las variables dentro de su Transición Energética es que aún se desconoce la velocidad que habrá de ejercer el gobierno en sus procesos de descarbonización en sus industrias más contaminantes y el incremento en su capacidad de generación de energía vía la fotovoltaica y eólica.

Para Alemania, el panorama que nos ofrecen Katharina Thoms y Andreas Stamm es más claro: “La estrategia alemana prevé una demanda total en el año 2030, de hidrógeno verde de 100 TWh, lo que equivale a unos tres millones de toneladas métricas al año. De esta cifra, se espera que menos del 15 por ciento se produzca en Alemania y el resto se importe. Gran parte se producirá en cooperación con otros países europeos, por ejemplo, mediante la energía eólica marina en el Mar del Norte y el Báltico.

Además, Alemania tiene un ojo puesto en los países del norte de África y otros países en desarrollo como potenciales proveedores de hidrógeno verde. El gobierno alemán ha firmado acuerdos de colaboración sobre este combustible con Sudáfrica y Namibia en África y Chile y Brasil en América Latina.”

Sobre Costa Rica que es el foco del estudio: “Aunque todavía no está claro a qué velocidad se desarrollará en la práctica una economía global de hidrógeno verde, hay buenas razones para suponer que el país centroamericano tiene una ventana abierta de oportunidades para posicionarse como socio activo, por ejemplo, de las regiones mundiales especialmente ‘hambrientas de hidrógeno verde’ como son Europa y Japón. Poner un pie en la puerta en una etapa temprana del ciclo de innovación puede ser una ventaja, ya que más adelante, cuando las tecnologías maduras se desplieguen para producir hidrógeno verde en masa, la escala de la tierra disponible para los proyectos podría ser un factor decisivo.”

El documento hace énfasis en que la producción del combustible por ningún motivo debe enfocarse solo en su potencial para ser exportado sino también como una palanca para agregar valor a las industrias locales, aunque, según los autores, la generación de empleos para la producción del hidrógeno verde en cantidad no sea significativa, pues se requiere mucho capital en inversiones pero muy poca ‘mano de obra’.

Sobre lo que sucede en la materia en México, el reporte no indica nada, pues aquí la producción del nuevo combustible es nula o inexistente o lo que la vox populi diría: ‘mucho ruido y pocas nueces’.

El reporte completo de la fundación alemana FES

 

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