Tecnología mexicana para la industria fotovoltaica

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Proyecto FSE, es un programa de difusión científica del Fondo de Sustentabilidad Energética y del Fondo de Hidrocarburos, iniciativas promovidas por la Secretaría de Energía y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología que es, sin duda, una de las conquistas más importantes en materia de difusión en energía echado andar en la pasada administración federal.

Pv-magazine México ha dado cuenta en anteriores entregas, de la difusión sobre proyectos de energía renovables que científicos mexicanos realizan a lo largo y ancho del país en diversas universidades públicas y privadas, así como en diversos centros de investigación.

En esta ocasión un grupo de colegas periodistas del Proyecto FSE, da cuenta sobre un proyecto incubado dentro del Ce MIE Sol, el Centro Mexicano de Innovación en Energía Solar, titulado: “Recubrimiento autolimpiable de alto desempeño para paneles solares”, desarrollado por expertos del Centro de Investigación en Materiales Avanzados (Cimav), equipo encabezado por la doctora Liliana Licea, del Cimav unidad Monterrey, y cofundadora de Opti-Coat, la naciente empresa que desarrolló la capa autolimpiable.

Aquí el reporte completo que difundió este lunes Proyecto FSE.

Los paneles solares en viviendas y edificios de una ciudad, o bien, en las granjas solares en un desierto, requieren de un mantenimiento constante de limpieza; de lo contrario, van perdiendo su eficiencia debido al polvo y suciedad que se va acumulando. Además, se necesita personal que use agua y productos químicos para limpiarlos.

La solución

Científicos del Centro de Investigación en Materiales Avanzados (Cimav) desarrollaron un proyecto para el CeMIE-Sol, titulado “Recubrimientos autolimpiables de alto desempeño”.

Se trata de un recubrimiento de base nanotecnológica cuyos componentes repelen polvo, suciedad y contaminantes ambientales, conservando la funcionalidad de un panel solar como si fuera nuevo, sin necesidad de acudir a los servicios del personal para limpiarlos.

Además, no se requiere energía eléctrica, agua ni productos químicos para activar la capa, ya que trabaja sola, gracias a los nanomateriales diseñados por los científicos mexicanos.

La cubierta ha sido probada en el edificio de Cimav en condiciones reales, sobre paneles solares que están a la intemperie. Se ha monitoreado su comportamiento y los resultados han sido satisfactorios.

También existe una prueba de autolimpieza con base en una norma internacional que ha validado la tecnología. Este año, se colocará el recubrimiento en mercados reales.
La vida útil de esta tecnología es de tres años, porque es el límite de las pruebas que se llevaron a cabo; sin embargo, es posible que dure más tiempo.

“Nuestro producto puede usarse en ciudades o desiertos. En urbes, pensamos en un uso residencial o en edificios como hospitales y centros comerciales; pero uno de los mercados más atractivos es sin duda las granjas solares”, comenta la doctora Liliana Licea, investigadora de Cimav unidad Monterrey, y cofundadora de Opti-Coat, la naciente empresa que desarrolló la capa autolimpiable.

La empresa y sus creadores

La idea de Opticoat nació en 2014, cuando el proyecto fue presentado ante el Ce MIE-Sol y aprobado ese mismo año, con apoyo del Fondo Sectorial Conacyt-Sener de Sustentabilidad Energética.

El proyecto participó en el Nodo Bilateral (NoBi-Norte) en 2017 y fue ahí donde se bautizó como Opti-Coat. Los NoBi son aceleradoras de ideas para hacerlas negocio y acercar a los creadores con posibles clientes.

En 2018, la compañía se inscribió en el Cleantech Challenge México, el concurso de empresas con proyectos sustentables más importante de México y América Latina, en el que quedó en segundo lugar.

“Como parte del concurso de Cleantech, hubo premios alternos, y Opticoat ganó el de Engie Factory, una aceleradora con presencia en América Latina, la cual nos otorgó un premio de 150 mil pesos”, cuenta la doctora Liliana Licea, y agrega que su equipo y a ella les emocionó mucho haber participado en este encuentro, y que para ellos fue muy satisfactorio haber sacado su invención del laboratorio para llevarlo al mercado y explorar nuevas posibilidades.

“El buscar y pensar en los riesgos, ver la parte financiera, conocer a los competidores y confrontar lo que tienes, fue un gran desafío y, al final, nos dejó mucho crecimiento”, opina la emprendedora, quien estudió Químico-farmacobiología y cuenta con un doctorado por la Universidad Tecnológica Chalmers (Suecia) en el área de Materiales Nanocompuestos. Desde entonces, trabaja en esos elementos aplicados al sector de la energía en Cimav unidad Monterrey.

Los planes

En este 2019 se realizarán validaciones con posibles usuarios, se registrará el nombre final para Opticoat y se consolidarán cuestiones financieras y administrativas.

“La comercialización de nuestro producto tendría que desarrollarse como una spinoff de Cimav, pero ese tema aún está en revisión. O bien, mi equipo y yo podríamos hacer una empresa independiente. Sin embargo, nuestra meta es poder comercializar esta tecnología y reducir los costos de mantenimiento a fabricantes y tomadores de decisiones de granjas solares”, señala la doctora Liliana Licea.

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