Iniciamos la semana con la reflexión de Armando Negrete, consultor en temas de Energías Renovables y Eficiencia Energética, quien a lo largo de más de 30 años ha acumulado no sólo un vasto acerbo informativo dentro de la Industria Eléctrica en México, sino que hoy ese bagaje en conocimientos le posibilita ofrecer sus opiniones de una forma puntual en los temas que a todos interesa.
Armando quien ha sido colaborador de firmas globales en el terreno de la infraestructura, automatización, industria 4.0 y energía como son General Electric, ABB México y Siemens Mesoamérica, nos comporte su visión sobre lo que ha sido la Generación Distribuida y los derroteros que habrá de transitar en el futuro en el corto y mediano plazo en nuestro país.
Aquí su texto íntegro.
En México, las condiciones actuales de incertidumbre en el segmento de energía eléctrica debidas a las regulaciones, costos, confiabilidad, y la calidad de la misma energía, entre otras variables, vuelve muy atractivo la evaluación, y en su caso la instalación de sistemas de Generación Distribuida (GD).
En el segmento residencial, la instalación de generación solar ha sido todo un éxito a lo largo de más de una década y todavía muestra un potencial de crecimiento increíble. En algún momento del pasado reciente, la instalación de grandes parques eólicos y solares tuvo un crecimiento también muy importante, especialmente para grandes consumidores y grupos corporativos, y esto se generó en gran parte por una situación meramente de costos, financiera.
Ahora con estas experiencias tan reales como locales, el concepto de GD es algo no sólo tangible, económica, y tecnológicamente viable, sino necesario, ya que podemos tener una mayor certeza del mismo costo, la confiabilidad, y la calidad de la energía eléctrica al alcance de nuestras propias decisiones.
En el sector industrial y comercial en media y baja tensión, normalmente el costo de la energía es un factor importante a considerar para el precio de la comercialización de productos y servicios, y las variaciones del costo mismo, así como las implicaciones en el costo de la confiabilidad y calidad de la energía, pero difícilmente se pueden transmitir tan frecuentemente al usuario final por lo que siempre es un riesgo para los negocios, especialmente aquellos que tienen objetivos en el mediano y largo plazo, una competencia global, y/o que simplemente quieran optimizar el retorno de su inversión.
La actividad en GD no ha disminuido en el 2021, al contrario, vale la pena comentar algunos datos.
Durante el periodo 2019 al 2020 para dar una mejor idea de dónde venimos y el momentum que esto tiene actualmente, el crecimiento en el número de contratos de GD tuvo un incremento de más del 40 por ciento llegando a más de 210 mil contratos de interconexión, lográndose con esto una capacidad instalada de más de 1,500 MW de acuerdo con datos de la Comisión Reguladora de Energía, resaltando los datos generados en Jalisco, Nuevo León y Estado de México debido, entre otros factores, a que en esos estados se registra una gran actividad industrial.
Por otro lado, se tiene el dato del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre el número de las pequeñas y medianas empresas que operan en el país y que son alrededor de cinco millones. Pese a los estragos que ha causado la pandemia en los negocios, la Comisión Federal de Electricidad reportó en 2020, la conexión de más de 22,600 nuevos suministros de media tensión, paralelo a que entendió 978 mil fallas en baja tensión.
En otras palabras, la GD seguirá creciendo de forma significativa en base a la necesidad actual de la demanda, más a la inercia del crecimiento propio del mercado eléctrico y sus necesidades específicas.
Pero esto no es casualidad, ya existen los lineamientos y regulación muy bien definida bajo los cuales la GD se regula y se hace factible, el mismo Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica el famoso FIDE, ha apoyado esta iniciativa de forma importante.
Ahora bien, sistemas de GD pueden o no estar conectados a la red, así que para unidades “aisladas” esta es la opción de autoabasto (prosumers), y para unidades que si están conectadas a la red, estas pueden manejarse en un esquema mixto que no sólo ayuda a un mejor balance de la operación desde el punto de vista energético, sino también financiero y de confiabilidad en el tiempo.
En base a lo mencionado, el gran reto de GD es el dar a conocer de forma más “abierta” la viabilidad técnica y costos de la misma, en México existe ya la tecnología y la competencia suficiente entre compañías enfocadas específicamente en esta área para evaluar su uso; así que, sin duda, el crecimiento la GD seguirá siendo muy significativo, y dentro de este, especialmente el relacionado a la solar fotovoltaica. armandonegrete@prodigy.net.mx
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