Un marco jurídico visionario para convertir a México en una potencia solar

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En el marco de una nueva, deliberada e intensa turbulencia en el mercado de los hidrocarburos a nivel planetario en el cual Arabia Saudita, Rusia y Estados Unidos impulsan sus respetivos intereses económicos y de producción, hoy brilla más el futuro de las Energías Renovables y muy en particular la generada vía el factor fotovoltaico.

Si bien es cierto que la industria petrolera es necesaria considerando su rol en la matriz energética internacional, pues sus insumos son necesarios como origen de la industria petroquímica y todo lo que ello produce, incluso lo que ofrece para la operación de las Energías Renovables.

El actual capítulo que vive el Oro Negro se está convirtiendo en un nuevo empuje para las tecnologías limpias, las cuales no desplazaran ni el corto plazo la producción petrolera, pues todas las tecnologías suman; pero hoy más que necesario es obligado reorientar el uso inteligente en términos medio ambientales y económicos del petróleo y de todos los hidrocarburos en general porque todos inciden en el ritmo del fenómeno de Cambio Climático.

La presente es una colaboración de Eduardo López, Director de Solar Power México

Eduardo López

SPM

La nueva guerra de los precios del petróleo que ha derivado en la mayor caída de precios desde la Guerra del Golfo en 1991 a nivel global (33 dólares por barril y en México 24 dólares), es la advertencia más reciente del peligro que representa seguir apostando a una industria que está destinada a desaparecer en este siglo, al mismo tiempo que desaprovechamos el potencial inagotable que representa la industria fotovoltaica.

México está llamado a convertirse en una potencia solar, pues es el único país del mundo que contiene, en abundancia, los elementos necesarios para emprender con éxito la actual transición energética global hacia las energías renovables—la mejor irradiación solar del planeta, el litio y nuestro capital humano joven y tecnificado.

Si actuamos rápido, con una visión estratégica y en equipo, todos los niveles de gobierno, la industria privada y los hogares mexicanos podremos articular un marco jurídico visionario que nos permita convertir a México en una potencia solar a través de la generación de compromisos serios a largo plazo que permitan el fortalecimiento de la industria fotovoltaica, la forma de energía más democrática, abundante y versátil que tenemos.

Dentro de la industria fotovoltaica existen dos formas de generación: la generación a gran escala (parques solares) y la generación distribuida (techos solares). Para que podamos aprovechar el gran potencial fotovoltaico nacional, es necesario fortalecer ambas formas de generación fotovoltaica con reglas claras e incentivos atractivos.

En cuanto a la generación a gran escala, hoy operan 63 centrales que suman cinco mil MW y que representan inversiones por ocho mil millones de dólares. Según la Secretaría de Energía, este año se prevén nuevas capacidades fotovoltaicas de alrededor de 3,4 GW, expansión que continuará hacia 2021. Sin embargo, si no se reconsidera reactivar las subastas eléctricas (SLP) y aumentar la participación privada en los proyectos energéticos del gobierno, esta forma de generación no podrá crecer a partir de 2022.

Por el lado de la generación distribuida, el 99 por ciento de estos contratos recaen en la industria fotovoltaica; se tienen más de 125 mil usuarios de sistemas fotovoltaicos en casas, comercios, fábricas y techos industriales con una capacidad instalada de más de 950 MW, cifra que se ha multiplicado por 10 en los últimos cinco años. Al respecto, si no se evalúa quitar el obstáculo legal que limita la generación distribuida a un máximo de 0,5 MW, los particulares no podremos abonar al crecimiento de la industria al ritmo que se necesita.

Sobre los empleos del sector, cada MW de energía solar equivale a la instalación de tres mil paneles en el país, lo cual genera 20 empleos directos, hecho que pudiera crear 29 mil puestos de trabajo bien remunerados para 2023.

Por ello es necesario entablar políticas públicas y mecanismos que permitan canalizar, capacitar y formar a nuestros graduados en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) en toda la cadena de valor de la industria, desde la fabricación y distribución de equipos, el desarrollo, ingeniería y diseño de proyectos, hasta la construcción, instalación, funcionamiento y mantenimiento.

Para cerrar el círculo virtuoso de la energía fotovoltaica, México tiene la oportunidad casi exclusiva de poder incursionar en la cadena de valor del almacenamiento de energía— mercado valuado en 300 mil millones de dólares a nivel global en 2030—gracias al hallazgo del yacimiento de litio más grande del mundo en Sonora, pieza esencial para poder crear una red eléctrica eficiente al 100 por ciento que permita resolver el problema de la intermitencia, tanto para la generación distribuida como a gran escala.

Todos estos temas serán abordados por funcionarios, expertos, empresas y usuarios durante Solar Power México, el evento líder de energía solar en Latinoamérica.

Para mayor referencia, el sitio web de SPM es: http://www.solarpowermexico.mx/

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