La energía del sol y el viento frente a la nuclear. ¿El ocaso de una tecnología en la generación de energía?

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En Francia se dio a conocer hace algunas horas un reporte muy revelador en el mundo de la energía: “The World Nuclear Industry, Status Report 2019” (WNISR), un estudio liderado por Mycle Schneider, consultor independiente ubicado en la capital francesa y quien coordinó los esfuerzos de un grupo de investigadores e instituciones relevantes dentro del mundo de la energía nuclear a nivel global.

En esta edición del informe, los investigadores le otorgan a la energía nuclear pocas esperanzas en la carrera contra las Energías Renovables, en particular frente a la energía fotovoltaica y eólica, hoy en plena ebullición mundial.

Caro y poco efectivo para combatir el Cambio Climático: ¿el ocaso de la energía nuclear? Foto:12923/Pixabay

Foto: 12923/Pixabay

El informe reitera que la energía limpia está tomando la delantera en el sistema energético mundial y que la energía nuclear no sólo es un recurso demasiado costoso por las emisiones de carbono, sino que también es demasiado lento para su puesta en operación.

La producción nuclear de acuerdo con el informe creció solo 2.4 por ciento el año pasado, mientras que los volúmenes de energía solar y eólica crecieron 18 por ciento y 29 por ciento, respectivamente.

“La energía nuclear ha seguido disminuyendo y se está volviendo cada vez más incapaz de competir en costo y volumen con fuentes de energía limpia”.

Esas son las principales conclusiones de la edición de 2019 del WNISR, publicado cada año por el consultor nuclear francés Mycle Schneider.

En una perspectiva sombría para la industria nuclear, el informe agrega que el tiempo necesario para desplegar una nueva central nuclear está perjudicando aún más su capacidad para reducir las emisiones de carbono.

Los autores están convencidos de que la era de la generación centralizada e inflexible de carbón y de la energía nuclear están llegando a su fin, acelerando la desaparición de ambas fuentes de energía.

El estudio señala, por ejemplo, que los 417 reactores nucleares en operación en 31 países tienen una capacidad de generación récord de 370 GW, superando los 368 GW registrados en 2006.

Según la última encuesta, 272 reactores, dos tercios de los activos a nivel global, han estado funcionando durante más de 30 años y en una década o menos, la mayoría tendrá que ser reemplazada por una nueva capacidad de generación. “En la década del 2020 al 2030, 188 unidades (165.5 GW) tendrían que ser reemplazadas, incluyendo 80 (19%) que han alcanzado 41 años o más en operación continua”.

Poco competitivo

Hasta mediados de este año, 28 reactores, 24 de ellos en Japón, han estado en interrupción, lo que indica que no han generado energía en por lo menos los últimos 18 meses.

Al menos 27 de las 46 unidades en construcción a nivel mundial están atrasadas, en su mayoría por varios años, y solo nueve de las 17 unidades programadas para entrar en operación durante el año pasado estaban ya conectadas a la red.

El reporte indica que muchos reactores no son competitivos frente a la generación vía Energías Renovables en los mercados de electricidad del día a día, en particular en los Estados Unidos, y varios de estos reactores cerrarán sus operaciones en una década o más antes de que expiren sus licencias a menos que sean rescatados por subsidios gubernamentales.

El avance de las Energías Renovables, indica el reporte, parece imparable, ya que la capacidad de generación de la energía solar fue de 96 GW y para la eólica de 49.2 GW durante el 2018, mientras que la nuclear registró una participación de 8.8 GW.

La producción de energía solar y eólica creció 13 por ciento y 29 por ciento, respectivamente, y la nuclear experimentó un escaso crecimiento de 2.4 por ciento. En términos de costo estimado para la energía solar a escala ha disminuido en un 88 por ciento en una década, y la del viento en un 69 por ciento, mientras que el precio de la energía nuclear ha aumentado un 23 por ciento.

Un dato revelador en términos de empresas relacionadas con la generación vía nuclear: “En los últimos dos años, el mayor constructor nuclear histórico, Westinghouse, y su contraparte francesa AREVA se declararon en quiebra”, señala el informe.

Los reactores que hoy han extendido su vida útil e hicieron inversiones en mejoras de seguridad, y cuyos costos de construcción originales ya estaban amortizados, actualmente enfrentan costos operativos crecientes a medida que su antigüedad aumenta la frecuencia y el gasto en reparaciones y mantenimiento: “Sus datos de costos operativos son a menudo secretos comerciales, pero los datos agregados revelan una falta de competitividad fundamental contra la mayoría de las inversiones en eficiencia eléctrica y las que se realizan en Energías Renovables”, agrega el estudio.

Demasiado lento para luchar contra el Cambio Climático.

Según el informe, uno de los mayores obstáculos que enfrenta la energía nuclear es el tiempo que requiere para entrar en operación. Las nuevas plantas tardan entre cinco y 17 años, mucho más tiempo que el necesario para que las tecnologías solar o eólica entren en operación.

Lo anterior significa que las plantas de combustibles fósiles continúan emitiendo mucho más CO2 mientras esperan sus reemplazos vía centrales nucleares.

“La nueva construcción nuclear, por lo tanto, cuesta muchas veces más por kilovatio-hora. Las fuentes renovables tienen un menor costo de carbono por dólar y por año. La energía nuclear no puede satisfacer ninguna necesidad técnica u operativa como si lo hacen las tecnologías competidoras por sus bajas emisiones de carbono”: concluye el informe WNISR.

“Cualesquiera que sean las razones para continuar y expandir la energía nuclear, éstas son contraproducentes para combatir los estragos del Cambio Climático”.

Schneider y su equipo también enfatizaron que los intereses creados en la industria nuclear siguen siendo un obstáculo importante que limitan el despunte de las Energías Renovables, límites que buscan estrangular fuentes de energía más baratas y competitivas para atraer demanda y capital.

Una de las preguntas que se formula el estudio es: “¿Por qué una solución particular baja en carbono, incapaz de competir después de medio siglo, debería recibir nuevos subsidios no disponibles para otras soluciones bajas en carbono?”

El reporte WNISR y lo que dice sobre los reactores mexicanos

En México, dos reactores de General Electric operan en la central eléctrica de Laguna Verde en Veracruz.

Central nuclear, Laguna Verde

La primera unidad se conectó a la red en 1989 y la segunda en 1994.

En 2018, la generación de energía nuclear aumentó en un 25 por ciento a un nuevo máximo de 13,2 TWh, proporcionando el 5,3 por ciento de la electricidad del país, en comparación con el seis por ciento en 2017.

Los dos reactores alcanzaron un factor de carga promedio de 96.1 por ciento en 2018, el más alto de cualquier país en ese año, por encima del 77.1 por ciento en 2017.

El pasado mes de marzo, la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) completó una revisión de seguridad operacional a largo plazo de la central nuclear Laguna Verde.

El equipo del OIEA formuló recomendaciones como parte del proceso para extender la vida operativa de los reactores, tal como lo solicitó, según el reporte, la Comisión Federal de Electricidad para que se otorgue a las unidades una extensión de vida de 30 años para permitir que cada unidad opere por un total de 60 años.

Tras la Reforma Energética del 2013, la generación nuclear quedó excluida del proceso reformador y permanece bajo la rectoría del Estado mexicano bajo la dirección de la CFE.

En mayo de 2018, el presidente de los Estados Unidos transmitió al Congreso un acuerdo formal de cooperación nuclear (“acuerdo 123”) necesario antes de que se pueda exportar material o equipo nuclear desde los Estados Unidos. El Congreso tuvo 90 días para aprobar o rechazar el acuerdo, el cual entró en vigor en septiembre de 2018. El acuerdo permite una cooperación nuclear más amplia, incluyendo un mayor apoyo a la central nuclear mexicana de Laguna Verde.

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