La emergente industria de vehículos eléctricos: Oportunidades para América Latina

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Hoy presentamos, la sección introductoria del capítulo tercero que lleva por título: La emergente industria de vehículos eléctricos: Oportunidades para América Latina, del libro: “La inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe,” edición producida por la Comisión Económica para America Latina y el Caribe, conocida en nuestro continente como la CEPAL.

En la elaboración de esta obra editada en este 2022, y de acuerdo con la CEPAL, participaron un vasto grupo de investigadores de la región, entre los que se encuentran:  Leandro Cabello, Álvaro Calderón, Filipe Da Silva, Andrea Laplane, Stephania Mageste, Georgina Núñez y Nunzia Saporito, entre otros, bajo la coordinación de Cecilia Plottier.

Por la relevancia que tiene para nuestra propuesta informativa, reproducimos integro la sección introductoria del capítulo tercero, que se titula: ‘La emergente industria de vehículos eléctricos: Oportunidades para América Latina.’

Transporte Eléctrico Sustentable en la Ciudad de México. Foto: Jorge Zarco

Imagen de Jorge Zarco

“La movilidad urbana está comenzando a experimentar profundas transformaciones. El petróleo ha sido la fuente de energía predominante para el transporte y, con ello, es responsable de cerca de 25 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (PNUMA, 2021a). Por otra parte, la ya consolidada tendencia de la urbanización ha suscitado mayor preocupación por la congestión vehicular y su influencia en la calidad del aire, lo que ha motivado cambios en las preferencias de los consumidores. Se estima que la congestión cuesta cerca del 1 por ciento del Producto Interno Bruto debido a la pérdida de tiempo y productividad, además de los daños a la salud y el medio ambiente (Calatayud y otros, 2021).

El futuro del sector automotor será eléctrico. Los reguladores de muchos países, principalmente de economías desarrolladas, impulsados por un renovado sentido de urgencia, han fijado objetivos mucho más exigentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los vehículos. Frente a ello, los fabricantes se están adaptando rápidamente, ofreciendo un número creciente de vehículos eléctricos en su cartera de productos y fijando plazos para dejar de producir vehículos con motores de combustión interna. Estos movimientos están promoviendo y consolidando el mercado mundial de vehículos eléctricos, cuyas ventas podrían superar las de sus pares convencionales a fines de la presente década.

El nuevo paradigma tecnológico también significará un profundo cambio de las cadenas de suministro de la industria. En términos de insumos, habrá una mayor demanda de materiales relacionados con la parte eléctrica y electrónica y del sistema de carga (baterías), así como una reducción de la demanda de materiales utilizados en algunos sistemas, como los catalizadores. En el sistema de propulsión se verifica una reducción del número de componentes, partes móviles y sistemas mecánicos, y un aumento en el número de componentes que funcionan con alta tensión, además de los sistemas eléctricos, con un impacto importante en la demanda de semiconductores. Asimismo, la redistribución del peso del motor y las baterías ha hecho necesario utilizar arquitecturas alternativas en el chasis y la carrocería para asegurar la seguridad de los vehículos.

En un período muy breve los vehículos eléctricos han incrementado de manera importante su participación en el mercado mundial.

Entre 2018 y 2021, en el segmento de automóviles livianos, los vehículos eléctricos aumentaron del 2,2 por ciento al 8,3 por ciento su participación en las ventas mundiales. En los vehículos pesados, especialmente los autobuses, los modelos eléctricos también han incrementado su relevancia, llegando al 4 por ciento de la flota mundial en 2021.

En la actual coyuntura, un segmento particularmente interesante es el de la fabricación de vehículos de transporte público más inocuos para el medio ambiente, ya que podría desempeñar un papel clave en las economías y sociedades modernas. Este segmento del sector automotor no solo puede contribuir al PIB y a la competitividad de los países donde se localiza la producción, sino que también es una importante fuente de empleos directos e indirectos. Además, es capaz de aportar soluciones a los desafíos sociales y medioambientales que impactan la vida en las ciudades, como es el caso de la movilidad.

Vehículo eléctrico que en su origen fue diseñado como auto de combustión interna. Foto de archivo del Gobierno de la Ciudad de México

Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Foto de Archivo de la CDMX

Desde la perspectiva de la demanda, a pesar de que aún la mayor parte de las flotas urbanas de transporte público utiliza combustibles fósiles, la adopción de autobuses eléctricos va en aumento en todo el mundo. Para los próximos años, se espera un importante crecimiento de la participación de los modelos eléctricos en las ventas mundiales. La expansión de la electromovilidad será uno de los motores clave del crecimiento del mercado mundial de autobuses. No obstante, es probable que esta dinámica no sea homogénea en todas las regiones del mundo.

En este escenario, varios países compiten por construir los nuevos clústeres industriales de alto valor para la movilidad. En la producción de autobuses eléctricos, China ha asumido el liderazgo. De hecho, el 90 por ciento de los autobuses eléctricos que circulan en el mundo están en ciudades chinas (AIE, 2022). Al mismo tiempo, China es el mayor exportador de autobuses eléctricos del mundo y se orienta cada vez más a atender la creciente demanda de países de América Latina, como la Argentina, Chile, Colombia y México, entre otros.

El éxito chino, lejos de ser una evolución espontánea y natural del mercado, es el resultado de la intervención planificada del Estado en forma de subsidios a la demanda y apoyo a la industria para fortalecer la capacidad productiva local. Esta experiencia, aunque difícil de reproducir, ilustra la oportunidad e importancia de incluir la electromovilidad urbana entre las prioridades estratégicas de la política industrial. A la vez, y más allá del caso de China, la experiencia de las economías que han logrado avanzar en dicha transición mediante la producción local —por ejemplo, los Estados  Unidos y los Países Bajos— también pone de relieve algunas de las dificultades que deben superar los gobiernos que decidan avanzar por este camino.

En un escenario internacional marcado por la rápida consolidación de renovadas dinámicas de mercados, modelos de negocio, empresas líderes y opciones tecnológicas, los países de América Latina no logran adoptar una posición bien definida. De hecho, el sector automotor regional aún no muestra señales decididas para aprovechar las oportunidades que estarían surgiendo en una industria que se encuentra en proceso de profunda transformación. Por un lado, en el sector de los vehículos livianos, el fortalecimiento de la capacidad productiva para responder a la creciente demanda de vehículos de bajas emisiones se está concentrando en los Estados Unidos, y solo México está recibiendo algunas inversiones en el marco de la transformación de las cadenas de valor de América del Norte. Por otro, en el caso de los vehículos pesados, sobre todo los autobuses, la industria es heterogénea, fragmentada y con evidentes problemas de escala y rezago tecnológico. Las inversiones asociadas a la electromovilidad se están focalizando en el Brasil, donde se encuentran las empresas más competitivas e internacionalizadas de la región, varias de ellas filiales de empresas transnacionales.

Teniendo presente la dinámica de la industria, resulta de particular relevancia explorar cuáles son las opciones que tienen los países de América Latina para formar parte de un nuevo sector que está consolidándose rápidamente a nivel mundial. En particular, la fabricación de autobuses eléctricos se presenta como una interesante alternativa para fortalecer las capacidades productivas que contribuyan a avanzar en una recuperación transformadora.

En el presente capítulo se busca dar cuenta de los cambios que se están produciendo en la industria de fabricación de vehículos eléctricos, particularmente los autobuses urbanos, en el mundo y en América Latina. También se presentan antecedentes que pueden contribuir al fortalecimiento de las capacidades productivas y al despliegue de una transición desde sistemas de tracción convencionales a eléctricos. En esta línea, se intentará definir los factores clave para desarrollar y fortalecer una cadena productiva diversificada e innovadora que haga avanzar la electromovilidad en la región. Además, se presentarán algunas propuestas de política que contribuyan a consolidar ese proceso, dado el rol protagónico que tienen los Estados nacionales, tanto en la regulación y el financiamiento como en la capacidad de consolidar el poder de compra y la prestación de servicios.”

La obra de la CEPAL, apachurrando esta liga.

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