Se perfila el hidrógeno verde como la tecnología que concentre los mayores esfuerzos de inversión en el mundo

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Los líderes de la industria energética indican que la transición energética se está acelerando más rápido que nunca y se prevé que 2022, sea un año fuerte de crecimiento industrial, según expone un nuevo informe global de DNV que analiza las opiniones de más de mil profesionales del sector energético global.

Los actores de la industria de los sectores eléctrico, energías renovables y petróleo y gas consideran que las enormes oportunidades comerciales que ofrece la transición superan a los riesgos para sus empresas, según el informe The Power of Optimism: Managing scale and complexity as the energy transition accelerates. (El poder del optimismo: gestión de la magnitud y las dificultades a medida que se acelera la transición energética)

Imagen del reporte: “El poder del optimismo: gestión de la magnitud y las dificultades a medida que se acelera la transición energética”, elaborado por DNV

Los líderes de la industria energética están encontrando la mayor seguridad en sus propias estrategias de empresa dentro de las renovables y las bajas emisiones de carbono, seguido de las expectativas de cambios y reformas en políticas de apoyo. La confianza en el crecimiento es mayor entre las empresas eléctricas y de renovables, y aunque es menor en la industria del petróleo y el gas, el sector se ha recuperado de una caída estrepitosa de la confianza desde 2021.

La escasez de preparación es la mayor barrera para el crecimiento en el sector energético, seguida de una falta de apoyo en las políticas. Los actores del sector de las renovables afirman que los problemas con los permisos y licencias son la mayor barrera para el crecimiento, y los sectores eléctricos y de renovables apuntan ambos a presiones en la cadena de suministro como una barrera importante. Casi dos tercios de la industria energética cree que los problemas en la cadena de suministro están ralentizando la transición energética.

Ditlev Engel, CEO de Energy Systems de DNV

Ditlev Engel, CEO de Energy Systems de DNV: “Vemos una industria energética optimista: seguros del crecimiento, estimulando la inversión y tomando decisiones estratégicas críticas respecto a la transición energética. Pero también vemos importantes preocupaciones respecto a las barreras al progreso, desde la escasez de preparación a políticas, financiamiento, cadenas de suministro y permisos, a medida que se acelera la ingente tarea de transformar el sistema energético.”

Mantener un suministro de energía fiable también es un motivo de preocupación: muchos en la industria del petróleo y el gas están convencidos de que no se está invirtiendo suficiente en exploración y en una expansión ascendente para cubrir la demanda futura. Alrededor del 38 por ciento de los encuestados de la industria del petróleo y el gas dicen que su organización encuentra cada vez más difícil garantizar un financiamiento a precios razonables para los proyectos.

“El mundo no está preparado para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Podemos y debemos hacer mucho más para hacer una transición más rápida a un sistema energético plenamente descarbonizado”, afirma Engel: “Vemos dificultades en cuando a la programación de la transición y en adecuar la reducción de los combustibles fósiles al aumento de las energías limpias en términos de energía total bruta, pero también respecto a su carácter asequible y fiable. La solución es aumentar las energías limpias muchísimo más deprisa.”

Engel: “El optimismo es una fuerza muy necesaria y poderosa en la industria energética actual. El poder del optimismo está detrás de la mayoría de los logros más importantes de la humanidad, desde los medicamentos a la llegada a la luna, y lograr una transición energética que limite el calentamiento global a 1,5 °C claramente entra dentro de esta categoría.”

Aumentan las expectativas de que se aprueben proyectos con grandes inversiones de capital a lo largo del año, mientras que la mitad de la industria espera que su organización aumente las inversiones.

Hidrógeno verde

El hidrógeno verde es la tecnología específica en la que se están centrando la mayor parte de las empresas energéticas para un aumento de la inversión en 2022, seguido de la fotovoltáica solar, la energía eólica marina y las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CAC).

Gran parte de la industria está aumentando la inversión en descarbonización, pero dice que solo el 42 por ciento es optimista respecto a que su empresa alcance sus objetivos de descarbonización, y el 28 por ciento son absolutamente pesimistas.

Gran parte de la industria cree que la COP26 no logró lo suficiente y que los fracasos en las políticas están lastrando una mayor acción en el cambio climático. Menos de la mitad afirma que los objetivos de cero emisiones netas en el país o territorio en el que se encuentra su negocio es realista y alcanzable. La industria está de acuerdo en normas para un mercado global del carbono, la mayoría dando la bienvenida y animando los resultados de la COP26.

“Por el momento vemos un desajuste entre el optimismo a corto plazo del sector y el progreso a largo plazo del mundo hacia la descarbonización”, explica Engel: “La prioridad debe ser reducir las emisiones de gas invernadero. Como dejamos claro en nuestro informe Energy Transition Outlook y como observamos en las opiniones del sector: la tecnología y el capital están listos para una transición más rápida. Son las políticas y la falta de planes reguladores viables lo que está lastrando un futuro energético limpio”.

Gran parte de la industria energética está aumentando la atención en la digitalización: los líderes de las energías eléctrica y renovable concluyen que un sistema energético descentralizado es imposible sin sistemas digitales.

Las empresas energéticas aumentarán la magnitud y la difusión de su colaboración a lo largo del año, trabajando con sus colaboradores según se van adaptando a la transición energética.

“Se están formando nuevas colaboraciones a medida que la industria energética desarrolla nuevas cadenas de valor en áreas como el hidrógeno, la CAC y el almacenamiento energético, y la innovación y la digitalización están desempeñando roles principales a medida que la industria busca ampliar las tecnologías y gestionar las crecientes dificultades en el sistema energético, desde la descentralización de la generación energética al almacenamiento, pasando por la variabilidad de las renovables y la diversidad de aportes integrados con las redes de gas y electricidad, el transporte y los procesos industriales”, indica Engel.

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