Energías Renovables y Cambio Climático un binomio ya permanente en el análisis del desarrollo sustentable de nuestro planeta

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El sector privado es un actor clave para abordar la crisis climática, contribuir a la mitigación del Cambio Climático y cumplir con las Contribuciones Nacionalmente Determinadas de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

Entre las principales implicaciones se encuentran la consideración de la ciencia para determinar objetivos de reducción de emisiones, así como la creación efectiva de alianzas entre gobiernos, inversionistas y empresas para lograr los objetivos planteados por los estados miembros de las Naciones Unidas en el Acuerdo de París. Si bien la inversión en programas de reducción de emisiones es un tema crítico, también lo es la eficiencia operativa en las empresas y la asignación de presupuestos para estos efectos.

No cabe duda de que las causas del Cambio Climático se deben, en gran medida, a la actividad humana a partir de la revolución industrial, en la cual la quema de combustibles fósiles se volvió la actividad esencial para el funcionamiento económico y político del mundo, condición que persiste en la actualidad.

A medida que la concentración de GEI ha aumentado, la temperatura de equilibrio de la Tierra también lo ha hecho, y si el modelo productivo actual no cambia, es probable que la temperatura global aumente entre 2°C y 4°C para el año 2100.

Conscientes de que estamos ante una verdadera crisis climática, durante la 21 Conferencia de las Partes (COP21), los países miembros firmaron el Acuerdo de París, en el que se comprometieron a reducir sus emisiones para controlar el aumento de la temperatura mundial debajo de los 2ºC; sin embargo, hoy los expertos en el tema se han dado cuenta de que esta medida no es suficiente.

Ante tal situación, el mes pasado se llevó a cabo la COP25 en Madrid, España, donde los países hablaron sobre planes más ambiciosos para evitar que la temperatura del planeta aumente hasta 1.5°C.

La expectativa de esta importante reunión global fue que los nuevos compromisos acordados motiven a los líderes políticos y empresariales a adoptar medidas más estrictas, con objetivos y metas para reducir en conjunto las emisiones de GEI a corto plazo, además de promover la independencia con respecto a los combustibles fósiles, como acción clave para hacer frente a este desafío.

Los próximos años son cruciales para evitar una crisis climática de mayores dimensiones, en que las consecuencias para las generaciones futuras pueden ir desde la elevación de la temperatura y el estrés hídrico, que podría causar grandes desafíos sociales, hasta la destrucción de ecosistemas. Por esta razón, es urgente tomar el tema con seriedad y generar acciones que vayan más allá del cumplimiento de la legislación local.

Ante este panorama, las organizaciones son sumamente relevantes para lograr el objetivo antes mencionado (que el incremento sea máximo de 1.5º C).

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