“La reforma energética del 2013, desintegró a la Comisión Federal de Electricidad. Dejemos atrás ese vergonzoso capítulo”

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1. Las redes de transmisión y distribución están bajo el control del Estado a través de la CFE, pero convertidas en empresas autónomas regidas no por su director o por su consejo sino por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) que hasta el 2013 fue parte de CFE y con la reforma convertido absurdamente en un organismo autónomo

2. El parque de generación de la CFE fue, de manera arbitraria, dividido en seis empresas subsidiarias autónomas, sujetas nuevamente a los organismos externos mencionados

3. Se fragmentó también la subsidiaria Suministro Básico y otra subsidiaria de distribución que antes estaban integradas en la gerencia de comercialización y también sujetas a decisiones externas

4. Se creo la filial Comisión Federal de Electricidad Calificados cuya función principal es la de comprar a los generadores privados para vender a los grandes consumidores

5. Por sí esta desintegración, es decir, esta división en ‘pedacitos’ no hubiese sido suficiente se le impuso a la CFE el llamado contrato legado, entre sus propias subsidiarias de generación y suministro básico con costos de energía que no recuperan sus costos reales

6. Por sí esto no fuera suficiente, la oferta de energía diaria de CFE al CENACE debe ser a costos menores de costos de producción

7. Por sí esto no fuera poco a la generación a través de energías renovables producida por privados se les da la oportunidad de un despacho preferencial, pero a las energías renovables de CFE no se les da

8. No suficiente con ello, algunos generadores privados se les ha dado la oportunidad a través de la Comisión Reguladora de Energía de violar la propia ley de la industria eléctrica de la reforma energética del 2013, para ampliar un esquema también ilegal que venían desarrollando gracias a una modificación de la ley de servicio público de energía eléctrica aprobada en 1992, en el periodo de Salinas de Gortari

En alguna otra ocasión se podrá extender más sobre este tema, pero en pocas palabras, crearon una figura ilegal llamada Sociedades de Autoabastecimiento, un producto privado que vende a un consumidor privado usando las redes de transmisión y distribución de CFE, sin un pago justo por porteo, llamándose socios en vez de productor y consumidor.

Este sistema ya no debería de haber continuado después de la reforma del 2013, pero se siguió promoviendo de forma ilegal y simulando una forma de mercado que no está permitida por la ley.

El otro esquema es la del productor independiente, cuyo fin último es vender toda su energía a Comisión Federal de Electricidad, pero en el nuevo esquema está vendiendo supuestos excedentes en el mal llamado mercado eléctrico que no tiene nada de libre y si mucho de amarrado.

Ninguna empresa en el mundo que produzca un bien o un producto sería funcional si tuviese que estar dividida en ‘pedacitos’ sujeta a un régimen externo y bajo condiciones de mercado que la castigue y que se utilizan para beneficiar a otros ósea ¿Cuál competencia?

A consecuencia de este desorden, la Comisión Federal de Electricidad pierde decenas de miles de millones de pesos cada año, el sistema eléctrico pierde robustez y una planeación ordenada, de acuerdo con la exposición de motivos, los privados representan hoy, el 62 por ciento del mercado mientras que CFE tiene plantas paradas y una desintegración que afecta su operación administrativa y operativa. Aun así, la CFE está invirtiendo en nueva generación y atiende emergencias como pocas empresas en el mundo y llevando electricidad a los rincones más apartados del país donde están los más necesitados.

Se preguntan ¿De dónde saldrán los recursos para el desarrollo del sistema eléctrico? Pues de los miles y miles de millones que hoy pierde la CFE y de un esquema de financiamiento honrado y sostenible. Eso es posible.

Todas y todos queremos una Transición Energética hacia Energías Renovables que mitiguen el Cambio Climático, y México con sus grandes recursos tenemos mucho que aportar al planeta, para ello la electrificación, incluso del transporte se hace cada día más necesario y ello implica la planeación de baterías.

El elemento químico más importante de la batería es hoy por hoy, el litio por ello el control de este mineral por parte de la Nación es indispensable para el beneficio del desarrollo y de un futuro sustentable para la humanidad.

Los intentos de que el libre mercado marque la gestión de los sectores estratégicos en general no han funcionado y han provocado altos costos a la población, ahí esta el último y reciente caso de España en el sector eléctrico que ha significado un aumento desproporcionado en las tarifas.

Muchos países en el mundo con altos niveles de desarrollo tienen empresas estatales estratégicas y las han tenido siempre eso ha beneficiado la inversión privada y el desarrollo incluyente; en este caso, en esta reforma, se propone el fortalecimiento de la CFE y su participación con el 54 por ciento en la generación, eso es para el bien de México, de su desarrollo, de su inversión privada y de la inversión pública, pero sobre todo, del bienestar de su pueblo y del futuro de la Nación.

México entró tarde y mal al modelo neoliberal en el sector energético. Hoy tenemos la oportunidad de enderezar el rumbo, ya muy, muy pocos en el mundo tienen esa posibilidad.

Ordenemos el futuro.

Un sistema energético sustentable de cualquier país, de cualquier Nación, debe cumplir con las premisas de soberanía, de autarquía energética, de reducir sus impactos ambientales y de promover desarrollo y bienestar, eso es lo que está hoy en sus manos señores y señoras legisladores.

Demos certeza jurídica pero, sobre todo, demos certeza al futuro de México, de la Nación y de su pueblo.

Dejemos atrás el vergonzoso capítulo del 2013.

 

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