Recuperación de la Industria Eléctrica por parte del Estado y una ‘aspiración’ en Derechos Humanos

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En una unión de esfuerzos de comunicación y periodismo entre los sitios electrónicos RompeViento TV y Pie de Página, dirigidos por Ernesto Ledesma y Alberto Nájar, ayer se abordó una vez más en Momentum, el tema de la industria eléctrica nacional.

Un espacio periodístico en línea, en el cual el tema fue abordado desde la óptica jurídica de Federico Anaya, abogado por la Universidad Nacional Autónoma de México, y con estudios de doctorado en Ciencia Política por la Universidad de Georgetown de Washington D.C. Federico tiene en su haber obras publicadas sobre Derecho Público, Derechos Humanos y el Sistema Político Mexicano.

David Peña es integrante del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social y es abogado por la Universidad Nacional Autónoma de México, y maestro en Derechos Humanos y Democracia por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. David ha recibido diversas distinciones como el premio Europeo de Derechos Humanos que otorgó en 2010, el Consejo de la Abogacía Europea, y el Premio Abogados de Atocha por parte de la Comunidad Autónoma de Castilla, La Mancha, en España en el 2008.

A continuación, Pv magazine México, reproduce las reflexiones que ambos abogados compartieron con el auditorio de Momentum, este lunes 4 de octubre. Ideas torales manifestadas ante las provocaciones intelectuales de Ledesma y Nájar en torno a la industria eléctrica.

En una segunda entrega editorial abordaremos las reflexiones de los abogados en torno al litio, mineral incluido en la iniciativa de Reforma Constitucional del Poder Ejecutivo Federal.

David Peña

Las voces de alerta que han salido a manifestarse me parece que están, desde mi particular punto de vista, exagerando, porque la mayoría de ellas se verán afectados en sus intereses, en sus negocios.

Un dato que me parece interesante: El tema yo lo colocaría como una ‘renacionalización’ de la industria eléctrica; es decir, la industria eléctrica era propiedad de Nación hasta el año 2012.

Ahora, tampoco es que tengamos que echarnos atrás 60 años, recordemos que la Nacionalización en 1960, promovida por el Presidente López Mateos, y para ello leo un fragmento de la iniciativa de entonces, decía: ‘Regresarle al pueblo de México la exclusividad para generar, conducir y abastecer energía para lograr nuestra independencia energética’, fin de la cita. Este es uno de los elementos que buscaba en 1960, la nacionalización.

60 años después, obviamente no se puede mantener ese monopolio de la participación única y exclusiva del Estado; Pero lo que se está haciendo ahora es regresarle al Estado, el control de la industria eléctrica, pero ahora permitiendo la participación de privados en la propia generación de energía, bajo nuevas reglas en el mercado y eso me parece importante.

Recordemos que la reforma que presentó el Presidente y se aprobó este año (2021), es en relación con la Ley de Industria Eléctrica que modificaba el orden de adquisición para que se priorizara la compra a la Comisión Federal de Electricidad, sobre la generación que producen los particulares.

Modificaba también aspectos de los bonos de energía limpia, para que no favorecieran de acuerdo con la estructura de la ley, que se estuviera pagando y priorizando el ‘subir’ la energía generada por los privados sobre la generación de CFE, e incluso teniendo sus propios bonos de energía eléctrica.

Es decir, había varios aspectos técnicos que en su momento estuvimos hablando (en este espacio informativo) y que se presentaban en esa ley de la reforma eléctrica de este 2021, y que hoy se encuentra parada por amparos que presentaron algunas de las empresas de la propia industria eléctrica, de particulares que están en contra de esa Reforma.

Ahora, la vía que encuentra el Presidente López Obrador es ‘sino se puede por aquélla vía hacer estas modificaciones, entonces hagámosla por la vía de la Reforma Constitucional.’

Por eso mencioné, si es una renacionalización en cuanto a la conducción y la administración del Sistema Eléctrico Nacional.

Porque después de la reforma de Peña Nieto, se cedió la conducción de la industria eléctrica sobre todo a la Comisión Reguladora de Energía que fue una instancia, entre comillas, ‘autónoma’, para que desde ese organismo y otra vez digo, entre comillas, ‘autónomo’ garantizara la participación o el equilibrio entre los particulares, y se le daba un trato a la Comisión Federal de Electricidad como un ente particular y aquí me parece está el ‘quid’ del asunto: Al darse un trato a la CFE como particular, la colocaban en un mercado de competencia, pero, y ese fue el propósito de aquélla ley, la obligación del Estado Mexicano a través de un organismo paraestatal, en este caso la CFE, era además seguir garantizando el servicio de electricidad para todos los mexicanos.

Es decir, a CFE la ponían en una condición de desigualdad en cuanto a competencia porque mientras los particulares sólo generaban para sí y para una venta ya comprometida, incluso a 25 años, a CFE la metían a un mercado para competir en la generación de energía eléctrica, pero además la mantenían en la obligación de transmisión y distribución que son dos de las áreas muy grandes del Sistema Eléctrico Nacional y además la mantenían en la obligación de garantizar el servicio eléctrico minorista.

Entonces, esto fue generando de acuerdo con la exposición de motivos (de la actual iniciativa de reforma) estas condiciones de no equilibrio que fueron colocando a la CFE en una situación de desigualdad, incluso, entre la competencia.

Estos son para mí los aspectos importantes, hay varios aspectos técnicos que podemos estar discutiendo sobre la exposición de motivos.

Y algo muy importante dentro de la actual iniciativa y que hoy se reconoce, aunque de manera tangencial: La energía eléctrica como un elemento fundamental de la vida digna; es decir, como un elemento de Derecho Humano.

En esta iniciativa, el concepto de Derecho Humano me parece un elemento fundamental muy importante porque obliga al Estado a que garantice con disponibilidad, calidad, accesibilidad el servicio eléctrico bajo la perspectiva, una vez más lo menciono, de Derecho Humano; claro si prospera esta iniciativa de reforma.

Federico Anaya

La propuesta del 46 por ciento (privados) y 54 por ciento (CFE) en el renglón de la generación es en realidad sobre un 100 por ciento que está creciendo todo el tiempo de manera constante.

Historia reciente.

La CFE no se ha hecho más chiquita en los últimos 30 años, de hecho, ha crecido.

Sin embargo, han aparecido todos estos nuevos generadores privados, algunos de energías no limpias y otros de energía limpias que son los que mejor nos caen a todos como son los eólicos, por ejemplo, los cuales ecológicamente son buenos, pero tengo duda que ejidalmente sean bondadosos; pero el asunto es que el mercado eléctrico creció y entonces en ese nuevo mercado ya hay una participación privada, lo que entonces ocurrió es que la desnacionalización o la ‘desestización’ consistió en que el crecimiento ya no estuvo a cargo de la Comisión Federal de Electricidad.

Lo que estamos haciendo ahora es cambiar con la misma lógica.

La CFE no es otro ente privado como lo dijo muy bien David, sino es una empresa del Estado y por lo tanto, tiene facultades regulatorias, por eso está ‘colgadita’ de la Secretaría de Energía y como es la experta en materia eléctrica entonces es la que controla el asunto.

Lo que les duele (a los críticos de la iniciativa) profundamente es la desaparición de la Comisión Reguladora de Energía y de la Comisión Nacional de Hidrocarburos para PEMEX, que en realidad eran las comisiones de espacios de semi privatización con la máscara de autonomía constitucional, que aparte no lo era, ni los priistas se atrevieron a que la CRE fuera autónoma en el sentido constitucional.

Ahora, la CFE no es sólo el actor gubernamental en el negocio, sino que aparte regula a los demás, lo cual es bastante razonable porque es la que tiene el trabajo de la distribución y de asegurar ciertas condiciones mínimas para los minoristas.

La actual iniciativa ya en curso no va hacia el monopolio porque el mercado eléctrico va a seguir creciendo; luego entonces, en esta parte yo no veo ningún tipo de expropiación porque, por donde se quiera ver, en el rebote económico que va a venir después de la crisis de la pandemia, el mercado mexicano que ya es grandote, su industria que ya está bien globalizada especialmente la de autopartes, aeronáutica, etc. necesitarán de manera constante y permanente electricidad, van a seguir necesitando más energía eléctrica, por lo tanto el mercado se va a seguir ampliando.

Todo esto significa que hay mucho espacio para asegurar el 54, 46, que propone la iniciativa sin quitarle nada a nadie.

Entonces las personas que ya pusieron su panel solar encima de su casita de interés social no deben preocuparse. Por cierto, aquí si hay un pendiente y que es convencer a CFE que es legitimo que yo le meta dinero a mi cuenta vía mi casita de interés social que está produciendo energía solar.

Pero insisto, yo no veo expropiación en este asunto.

El único espacio donde habría un elemento expropiatorio es en la cuestión del litio respecto a las concesiones que ya se habían dado, aquí sí. Porque si miran los transitorios de la Reforma Constitucional ahí se dice que la salvaguarda de concesiones mineras no aplica para todos los minerales porque aquí si hay una regla nueva.

Retomo lo que en este espacio hemos platicado desde hace muchos meses: El problema de las reformas en materia de energía del obradorismo es que eran terriblemente prudentes, chiquititas, le daban la vuelta. Por lo tanto, esta iniciativa de reforma está entrando al meollo del asunto, está reformando los Artículos Constitucionales y está cambiando el sistema.

Ojo, esta no es una reforma anticapitalista, no hay aquí elementos de monopolio del Estado ¿Por qué? Porque estamos apostando todos ‘derechas e izquierdas’ a que la economía mexicana va a seguir creciendo.

En esta iniciativa de reforma hay espacio para inversión privada y pública.

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