Las anteriores afirmaciones se hicieron públicas por quienes son dos de los lideres empresariales quienes estuvieron presentes durante la conferencia de prensa de hoy lunes 5 de octubre en Palacio Nacional en la presentación de inversiones en infraestructura en las cuales participaran tanto el sector público como privado de México.
En la presentación del plan estuvieron presentes Andrés Manuel López Obrador, así como como representantes del sector privado nacional y funcionarios del gobierno federal.
Después de la intervención de Carlos Salazar Lomelí, también participó tomando la palabra Antonio Del Valle Perochena, presidente del Consejo Mexicano de Negocios quien, por cierto, ambos líderes refrendaron su compromiso en el plan de inversiones en obras de infraestructura de la Ciudad de México, consensado en semanas previas con Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la CDMX.
Durante la intervención de Salazar Lomelí:
“Es para nosotros un motivo de enorme motivación el poder hacer un anuncio como este. En diciembre del año pasado, en este mismo salón, ante el señor presidente, tuve la oportunidad de tratar de pronosticar qué iba a pasar en el 2020. Me equivoqué completa y absolutamente.
Cuando yo me referí a equivocarme es que nosotros pronosticamos en diciembre del año pasado que íbamos a crecer al menos al cuatro por ciento porque teníamos todos los elementos en la mano, me refería a tres: un salario creciente, una certeza y una certidumbre en lo que significaba el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, y un tercer elemento, un plan de infraestructura que movilizaría la inversión, y pronosticamos en aquel entonces que eso era suficiente para que nosotros tuviéramos un magnífico año económico.
Ahí fue donde nosotros nos equivocamos, porque nunca pensamos que el impacto que iba a tener el Covid-19, sobre la salud de los mexicanos y cómo, protegiendo la salud de los mexicanos, nos íbamos a autoinfringir un problema económico como el que hemos vivido. Ese es el contexto donde yo me refiero a la equivocación.
Por último, acabábamos de anunciar a finales de noviembre un gran plan de infraestructura que movilizaría la inversión privada y pública, y trataríamos de que este fuera el elemento más importante para provocar un crecimiento de la inversión y los empleos, los salarios y, lo que más nos interesaba, el bienestar de México. Por eso decíamos que iba a ser un gran año.
Sin embargo, la voluntad, el talento, la capacidad de México representada por cada uno de los mexicanos, por sus empresarios, pero también por sus trabajadores, sus obreros, su sector social, sus trabajadores en Estados Unidos, sus políticos, todos aquellos que queremos a México, hemos tratado de encontrarle una salida a esta problemática.
Hoy, anunciamos dentro de aquel plan de infraestructura que teníamos a finales del año pasado, una reactivación del mismo plan y un paquete de proyectos que, seguramente, tendrán un impacto enormemente positivo en el país.
Sin embargo, alrededor de este plan se mandan muchísimos mensajes importantes. Se manda el mensaje de estar unidos buscando el bienestar del país, se manda el mensaje de que buscamos tener la certeza y la certidumbre de la cual hemos hablado durante reiteradas ocasiones.
Vuelve la Presidencia de México a reiterar el interés que tiene en la inversión privada, el soporte que la inversión privada le puede dar a nuestro país, la importancia de trabajar unidos y juntos y, como él dijo ya, un paquete de inversión que se va a ir anunciando paulatinamente.
Para una reactivación económica con equidad se requiere que reforcemos la atención a todos los sectores de la población, pero, principalmente, a los desfavorecidos, y que podamos crear un ambiente de negocios propicio, donde impere la certeza con reglas claras y estables. Siempre, bajo la conducción de un Estado de derecho fuerte y eficaz.
Esto implica erradicar la corrupción, como lo ha dicho el presidente en reiteradas ocasiones, implica mantener la estabilidad macroeconómica y tener mecanismos transparentes y la sustentabilidad que contribuyan a resolver obstáculos que puede enfrentar cualquier proyecto.
Con base en el acuerdo que ya habíamos firmado también hace más de un año entre el gobierno federal y el CCE y todos los organismos que lo acompañan, las 12 organizaciones empresariales (un millón 600 mil empresarios), buscamos comprometernos a promover una serie de acciones y buscar financiar proyectos de infraestructura pública en donde la aportación privada deberá ser al menos del 50 por ciento del costo total del proyecto.
Buscaremos aprovechar el T-MEC. El COVID-19 ha reforzado la importancia estratégica de la integración de las cadenas productivas en América del Norte y requerimos programas para el desarrollo de proveedores nacionales competitivos, alianzas estratégicas, atracción dirigida a la inversión, mejoras en el cruce fronterizo y facilitación para la participación de las empresas de todos los tamaños.
Todo esto va a lograr que trabajemos en conjunto para ese objetivo que el sector privado se comprometió con el presidente de la República, hace ya también casi dos años, de poder promover que la inversión pública y privada, llegase al 25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y que a través de eso aprovechemos las ventajas competitivas y podamos crecer y ofrecer una mayor rentabilidad social y económica a todo nuestro país, ese es el principal objetivo que buscamos y este es el primer paso que damos.
Hoy se anunciarán 39 proyectos y le pediré yo a algunos de mis compañeros, al secretario de Hacienda que él sea el que nos identifique los proyectos, nos dé los montos y nos explique cuál va a ser la mecánica con la que vamos a trabajar en subsecuentes reuniones.
Durante su intervención, Antonio Del Valle Perochena, presidente del Consejo Mexicano de Negocios:
“Señor Presidente, muchas gracias por su apertura y disposición para trabajar junto con el sector privado en esta iniciativa que busca aportar a la reactivación económica de nuestro país.
El 26 de noviembre del año pasado estuvimos aquí reunidos para presentar un primer paquete de proyectos de infraestructura con la finalidad de promover la inversión, crecimiento y el empleo. Nadie imaginó, como comentó Carlos Salazar, que tres meses después estaríamos enfrentando uno de los momentos más complejos de nuestra historia reciente, con una crisis sanitaria y económica de grandes dimensiones, y además esta crisis impidió que se pudiera avanzar en los proyectos como se planteó en aquel momento.
El confinamiento en una gran parte del mundo ha sido comparado con un freno de mano en el quehacer cotidiano, afectando fuertemente la actividad económica. Además de la tragedia humana que vivimos quienes hemos perdido a seres cercanos y muy queridos, como mexicanos debemos enfrentar la situación con nuestros mejores recursos disponibles y con la suma de esfuerzos y acciones.
Las circunstancias que enfrenta México ameritan una respuesta de dimensiones proporcionales al daño que hemos resentido en el consumo, la inversión, las exportaciones y, por lo tanto, en el empleo y el desarrollo en general de nuestro país.
Es así que la inversión en infraestructura se convierte en uno de los vehículos de mayor importancia para la economía por la generación de empleos que proporciona en el corto plazo y el impulso al crecimiento en el mediano y largo plazo.
El acceso a energía y vías de comunicación es fundamental cuando un empresario o empresaria deciden hacer una nueva inversión. Es por esto que, aunque no estemos todos directamente relacionados con la infraestructura, sí dependemos de ésta para garantizar el éxito de nuestros emprendimientos y para mejorar también la calidad de vida de los mexicanos.
Este día, unidos por el progreso de México y el bienestar de todos, se marca un punto de inflexión con una dinámica de colaboración nacional para una recuperación sostenida de actividad económica que origina empleos, más y mejor desarrollo y, por ende, una mayor recaudación fiscal necesaria para ampliar los servicios públicos del país.
Reconocemos la disposición de su gobierno, señor presidente, para mantener la interlocución, la apertura al diálogo y el intercambio de ideas con el sector privado.
Para asegurar las inversiones que requiere el país es necesario garantizar el Estado de derecho, dar certeza a las inversiones nacionales y extranjeras a través de reglas claras y estables, y con acuerdos entre el gobierno y el sector privado como el que se anuncia hoy.
Hoy damos muestra de confianza mutua y acciones decididas que nos permiten trabajar unidos para superar esta crisis y aprovechar el increíble potencial que tiene nuestro país, sólo así lograremos fortalecer a los mexicanos de forma equitativa y sostenida el bienestar y la esperanza en el porvenir al que aspiramos. Pero, repito, esto no es posible si no lo hacemos hoy todos al unísono por un solo México.
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