Financiar los proyectos de GD

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En la ecuación de los proyectos fotovoltaicos, el factor financiero es indispensable. El papel de la banca comercial o el respaldo de la banca de desarrollo gubernamental es básico. En México los bancos se encuentran en un proceso de inmersión para conocer a profundidad de la dinámica de los procesos fotovoltaicos, hasta el momento son contadas las instituciones que han ingresado a este mercado de financiamiento.

No sucede lo mismo con algunas instituciones estatales que han logrado incursionar en la materia: es su mandato promover la dinámica económica en todas las industrias.

El Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), es un fideicomiso privado sin fines de lucro, que surge a iniciativa de la Comisión Federal de Electricidad en 1990.

La trayectoria del FIDE en el apoyo a la Generación Distribuida ya tiene historias exitosas que contar y que han conquistado metas económicas y en materia de sustentabilidad entre más de mil empresas medianas, pequeñas y micro en todo el país.

Pero en el caso del sistema solar fotovoltaico interconectado menor a 500 kW, ¿cuáles son los esquemas de financiamiento más comunes?

Donde esta industria ha echado raíces, la banca comercial ha depurado dos esquemas de financiamiento que han dado resultados viables en el tiempo. Dos modelos que han sido exportados a los mercados emergentes y que en México han empezado a ser considerados.

Mercedes García, integrante del equipo Iniciativa Climática de México y Consultora en la Asociación de Bancos de México y de quien hemos comentado su publicación “Mercado de Energía Fotovoltaica de Baja Intensidad. Generación Distribuida”, nos describe estos dos modelos de financiamiento.

Uno de ellos es el esquema de Propiedad Directa que por sus siglas en inglés es conocido como Direct Ownership; un modelo en el cual tanto la banca comercial como las instituciones gubernamentales hacen posible que los interesados puedan comprar el equipo necesario para un modelo de GD, el activo pasa a ser de su propiedad absoluta.

El usuario se convierte en un generador exento y propietario de la generación eléctrica producida además de los beneficios fiscales establecidos en la normatividad.

Dentro de esta modalidad de deuda se han generado diversos conceptos en el mercado, pero el esquema de financiamiento es el mismo en todos.

El segundo esquema que nos detalla Mercedes García es el modelo conocido como Propiedad de Terceros o Third-party ownership, el cual ofrece dos alternativas para abordarlo: Arrendamiento Financiero Puro, Solar Leasing, y el segundo es el Contrato de Compra de Energía Eléctrica o el Power Purchase Agreement.

Aquí surge un tercer jugador en ambas opciones. Una firma comercial realizará toda la operación de instalar, procesar y dar mantenimiento al equipo a lo largo de un periodo prestablecido en un contrato. El usuario pagará una cuota mensual por el abasto de la energía. La propiedad de este equipo es parte de los activos de la firma comercial y por consecuencia será ella la beneficiaria de las disposiciones fiscales y económicas que se generen.

En el Arrendamiento Financiero Puro, los usuarios pueden comprar el equipo a un precio acordado al inicio del proceso; mientras tanto aquéllos pagarán una tarifa mensual por el servicio eléctrico.

En la modalidad del Contrato de Compra de Energía Eléctrica, los usuarios pagan por la potencia real producida con una tarifa definida en un periodo a largo plazo.

La fortaleza del modelo en el cual la propiedad es de un tercero es que el usuario se evita casi todo el proceso administrativo y de los pagos que demanda la instalación de un equipo de GD, y sobre todo su facturación mensual por el consumo de energía será menor al que solía pagar con el suministrador original.

En la presentación de la iniciativa presentada por la Asociación Mexicana de Energía Solar, el pasado miércoles, se habló de un tercer modelo de financiamiento para la GD: Renta de Espacio (renta de techos o un sitio físico) conocido como Rent the Space. En este esquema se establece que es “difícil lograr la rentabilidad del proyecto por parte del promotor”, del primer interesado. El techo o sitio físico para rentar podría ser clave para valorar la viabilidad del proyecto.

Los tres modelos de financiamiento tienen sus luces y sombras para poder decidir por cual optar. Justo el estudio de todos estos elementos está pre configurando los esquemas que las instituciones bancarias están planeando para salir con certeza a este mercado necesitado de créditos seguros y confiables para todos.

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