Mil millones de personas sin luz

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Pv-magazine, echa un vistazo a las publicaciones recientes de organismos internacionales que realizan proyectos de energía y los ejecutan para llevar electricidad a las zonas más pobres del planeta.

En un artículo publicado el pasado 10 de julio, el funcionario italiano nos expone algunos ejemplos de cómo el Banco Mundial despliega esfuerzos para proveer de energía eléctrica, vía tecnologías limpias, de las cuales resulta que la fotovoltaica es la que más predomina en esta gran tarea por iluminar a los menos favorecidos del desarrollo económico mundial.

Pv-magazine México, recoge estas experiencias que sobre electrificación se desarrollan hoy mismo en diversas partes del mundo, las cuales nos dan la posibilidad de confrontar lo que se hace dentro y fuera de nuestras fronteras en relación a la generación de energía renovable y su abasto.

Aquí el artículo del Riccardo Puliti, publicado en el acervo del Banco Mundial.

Director del Departamento de Prácticas Mundiales de Energía e Industrias Extractivas del Banco Mundial
Riccardo Puliti, Director del Departamento de Prácticas Mundiales de Energía e Industrias Extractivas

Banco Mundial

Sabon Gari es uno de los mercados más grandes de Nigeria, y los habitantes locales lo llaman con cariño “mini África”. En este lugar se pueden encontrar, entre otros, artículos electrónicos, ropa, juguetes y herramientas. Las tiendas del mercado solían depender de costosos generadores diésel para tener electricidad. Pero hoy los propietarios de las tiendas dicen que gastan apenas una fracción de lo que solían pagar en electricidad anteriormente, gracias a una nueva minirred de energía solar.

A más de ocho mil kilómetros de distancia, en la lejana isla de Monpura en Bangladesh, una minirred solar permite a Lhota Khatun manejar su propio negocio de costura desde su hogar. A partir de 2016, cuenta con acceso confiable a la electricidad y puede trabajar de noche, después de que sus hijos se van a dormir.

Hoy, el acceso confiable y asequible a la electricidad ayuda a comunidades de todo el mundo, como Sabon Gari y Monpura, a ser más productivas y prósperas.

La energía es una parte esencial del desarrollo. Con el acceso a servicios eléctricos aumenta la seguridad en las comunidades; las pequeñas empresas pueden prosperar, y lugares esenciales, como las escuelas y los hospitales, tienen electricidad. También se facilita un entorno propicio para la inversión, la innovación y nuevos sectores que estimulan el crecimiento y generan empleos para economías enteras.

El Banco Mundial colabora continuamente con los gobiernos en el diseño de soluciones adaptables a las necesidades energéticas propias de cada país. Estos enfoques, liderados por los países, producen resultados.

Una instalación aislada en Venezuela

Imagen: Prensa Fundelec

Por ejemplo, se espera que un nuevo programa de electrificación en Nigeria por un monto de 350 millones de dólares atraiga unos 410 millones en inversión privada, y cree un mercado vibrante de redes pequeñas y soluciones energéticas sin conexión a la red.

En Kenya, el Banco Mundial apoya inversiones en generación, transmisión y distribución de electricidad, y de energía sin conexión a la red por un monto superior a los mil 300 millones de dólares, ayudando al país a duplicar las tasas de acceso a la electricidad, del 23 por ciento en 2009, al 56 por ciento en 2016. Se diseñó un nuevo proyecto de energía sin conexión a la red por un valor de 150 millones de dólares para proporcionar electricidad a otros 240 mil hogares en zonas más alejadas y más pobres.

Y en Bangladesh, el Banco Mundial respalda el programa de energía solar sin conexión a la red más grande del mundo, brindando electricidad a más de cuatro millones de hogares a través de sistemas solares domésticos, mil bombas de riego que funcionan con energía solar y 13 minirredes solares. Gracias a este programa, más de 18,5 millones de personas en las zonas rurales de Bangladesh tienen ahora acceso confiable a electricidad generada por energía solar.

En total, entre 2014 y 2017, el Banco Mundial ayudó a proporcionar nuevos y mejores servicios eléctricos a más de 45 millones de personas.

El progreso se ha acelerado. El déficit de electricidad en África al sur del Sahara ha comenzado a subsanarse por primera vez. India está proporcionando luz eléctrica a 30 millones de personas al año, más que cualquier otro país. Y varios países pioneros han implementado enfoques que les han permitido expandir rápidamente los servicios eléctricos.

Entre estos enfoques, se pueden mencionar un compromiso con los esfuerzos de electrificación con o sin conexión a la red, los planes nacionales de electrificación a largo plazo y el énfasis en la calidad y la asequibilidad de los servicios.

Los buenos resultados de estos enfoques han aumentado la demanda de apoyo de los países para sus programas de acceso a la energía, lo que se refleja en la cartera del Banco Mundial.

En los últimos años, el Banco Mundial proporcionó un promedio de 900 millones de dólares al año en financiamiento para el acceso a la energía. Esta cifra aumentó a mil 400 millones el año pasado.

El apoyo a los programas de minirredes y de energía sin conexión a la red es el de más rápido crecimiento, aumentando aproximadamente 200 millones de dólares anuales en los últimos años a 600 millones en 2017. El Banco Mundial proporcionará, según lo programado, el 20 por ciento de la inversión prevista que se necesita para instalar sistemas solares domésticos en los países en desarrollo en los próximos cuatro años.

Los recientes avances logrados en materia de acceso a la energía se analizarán en el foro político de alto nivel de la Organización de Naciones Unidas, que se lleva a cabo en el marco del examen de las metas mundiales del Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 (ODS 7). Este debate se basa en el hecho de que, si bien se avanza hacia el acceso universal a la energía, más de 600 millones de personas no tendrán acceso a la electricidad en 2030 si se mantienen las tendencias actuales. Eso podría tener un impacto devastador en la salud, la educación y las perspectivas económicas de una parte importante de la población mundial.

Para acelerar el progreso, se necesita que el sector privado tenga un papel destacado. El Banco Mundial moviliza la inversión privada para proyectos de acceso a la energía ayudando a establecer políticas favorables, probando modelos comercialmente viables y proporcionando fondos específicos para impulsar el financiamiento comercial.

En Haití, con un proyecto respaldado por el Banco Mundial y los fondos de inversión en el clima se estableció un fondo que otorgará donaciones y préstamos a empresas de minirredes y de energía sin conexión a la red. Se espera que el proyecto movilice con el tiempo unos 45 millones de dólares en financiamiento privado y ayude a proporcionar electricidad al 10 por ciento de la población haitiana.

La innovación y la tecnología también desempeñan un papel clave. La elaboración de mapas geoespaciales está generando cambios en la planificación del sector eléctrico, al proporcionar información detallada y precisa sin precedentes acerca de las poblaciones desatendidas. Por ejemplo, la Agencia de Electrificación Rural de Nigeria está elaborando mapas de más de 200 sitios para el desarrollo de minirredes.

El Banco Mundial se ha comprometido a apoyar a los países para que puedan aprovechar estas innovaciones, ya sean tecnológicas, financieras o normativas, y así acelerar la expansión de servicios eléctricos confiables y accesibles, y poner fin a la pobreza energética definitivamente.

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