El eslabón perdido en la generación distribuida

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Hoy presentamos la primera reflexión editorial de Joaquín Corella Puente, un ingeniero que se define como ‘apasionado’ de todo lo que sucede en el mundo de la energía fotovoltaica.

Joaquín y su organización empresarial ‘Centro de Inteligencia en Ahorro de Energía’ están ubicados en la Ciudad de Hermosillo, Sonora, estado que registra uno de los niveles de irradiación tan intensa y permanente como los que se observan en las zonas más emblemáticas para la industria solar global como son los desiertos del Sahara en África, el de Atacama en Chile, y el de Australia.

El centro de inteligencia es una entidad de evaluación en competencias laborales y un centro de capacitación de la industria fotovoltaica.

En días recientes, Joaquín colocó en diversas redes sociales una producción audiovisual ofreciendo sus primeras impresiones sobre las Disposiciones Administrativas de Carácter General conocidas como DACG’s en generación distribuida que se dieron a conocer hace algunas semanas por la Comisión Reguladora de Energía.

Hoy, esta es la primera colaboración editorial exclusiva que el Director del Centro de Inteligencia en Ahorro de Energía hace para los lectores de Pv magazine México.

Joaquín Corella Puente. Director del Centro de Inteligencia en Ahorro de Energía

“Instalar paneles solares, la verdad, no tiene mucho chiste. Tienes un conductor positivo y un conductor negativo; el inversor tiene una entrada positiva y una negativa, más una conexión para corriente alterna. Mientras pongas esos conductores de la manera correcta, el sistema solar va a prender. Entonces vuelvo a la premisa: instalar paneles solares es muy fácil… El problema es instalarlos bien, ahí es donde la cosa se complica un poco.

Existen muchas disposiciones que afectan la instalación correcta de los sistemas solares fotovoltaicos, desde la calidad del módulo y la selección de cableado hasta el inversor, los equipos de protecciones y muchos más factores que pueden afectar la generación solar.

Instalarlos bien no es tarea sencilla, requiere de entrenamiento, práctica y conocimiento en diferentes disciplinas, como estructural, eléctrica, sistemas, entre otros.

Y claro, la disciplina de la energía solar, que no deja de ser un generador eléctrico. Ciertamente es menos peligrosa que la energía nuclear; sin embargo, puede ser muy peligrosa debido a factores como la parte mecánica de un sistema que se vuele y caiga sobre una persona o el hecho de que puede ser el causal de un incendio eléctrico. Mientras tengamos Sol, los conductores de la energía solar estarán energizados, siendo un peligro latente y constante por las características propias de un generador eléctrico.

¿Y realmente son tan peligrosas? Bueno, esto dependerá mucho de la calidad de la instalación. Una instalación que se realiza de manera correcta con el dimensionamiento correcto corre un menor riesgo de causar un problema. La selección desde la estructura, sistemas de anclajes, conductores eléctricos, protecciones, canalizaciones y hasta la selección del sitio del inversor importa en la seguridad de la instalación, y claro, también en su eficiencia.
Si decimos que las instalaciones solares tienen el potencial de ser peligrosas, ¿quién se encarga de regularlas? En este caso se divide en dos partes.

Por un lado, tenemos la Secretaría de Energía con la Norma Oficial Mexicana en instalaciones eléctricas, la NOM-SEDE-001-Vigente, que en nuestro caso es la 2012 (cabe mencionar que ya cumple diez años siendo la normativa vigente, cuando debería actualizarse cada cinco años). Y por el otro lado, tenemos la Comisión Reguladora de Energía con las Disposiciones Administrativas de Carácter General las DACG, que regulan las características que deben cumplir los equipos utilizados en las instalaciones solares de generación distribuida.

Este marco regulatorio tiene algunos defectos. Por ejemplo: la NOM-SEDE lleva diez años sin actualizarse, pero los equipos solares no. Ya llevan mucha diferencia de tiempo entre la normativa y la tecnología actual, por lo tanto, la norma se queda muy atrás, desde sistemas de almacenamiento hasta requerimientos nuevos de seguridad que no se implementan. Por su parte, las normas de las DACG, aunque ya existe un anteproyecto de cambios en camino, todavía quedan muchos aspectos por incorporar, como temas de estructuras y de buenas prácticas solares.

El problema, ya sea con la NOM o con las DACG, es su enforzamiento. ¿Quién es el responsable de ejercer esta regulación? En el caso de las Normas Oficiales Mexicanas son las unidades de verificación, o las actualmente llamadas Unidades de Inspección de Instalaciones Eléctricas. El problema es que estas unidades de verificación son generales, no específicas a ciertos equipos, entonces podrán conocer mucho de un aspecto de la norma, pero pueden carecer completamente de información en el tema solar y aun así emitir un dictamen. Estas UVIES suponen un proceso largo de acreditación y aprobación. Hay pocas realmente en el territorio nacional y lo peor es que llevan más de un año y medio sin aprobar nuevas, aumentando la demanda de las pocas que existen, sin poder darse abasto.

Por el otro lado, en la CRE tenemos Unidades de Inspección de la Industria Eléctrica, que fueron planteadas desde la Ley de la Industria Eléctrica como auxiliares de la CRE para vigilar que los requerimientos de la industria se cumplan. Pero igual que las UVIES, es un proceso lento y actualmente sin Unidades Nuevas, solamente se han autorizado dos en los últimos años y se les canceló la autorización de renovación a cinco.

Estas unidades tienen diferentes variantes. La que existe actualmente es la “Unidad de Inspección de la Industria Eléctrica en Conexión de Centros de Carga e Interconexión de Centrales Eléctricas”, es la única que terminó el proceso de creación. Son las encargadas de asegurarse de que los requerimientos que pide la autoridad para la conexión de un centro de carga de gran tamaño o una central eléctrica cumpla con lo que solicitan las obras específicas o generales.

¿Qué otras unidades de inspección deberían existir? La CRE originalmente ideó diferentes Unidades de Inspección como las siguientes:

● Centrales de Generación
● Instalaciones de Transmisión y Distribución
● Interconexión de Centrales Eléctricas y Centros de Carga
● Generación Distribuida

Centro de Inteligencia en Ahorro de Energía. Foto: CIAE

Dentro de estas actualmente solo está la UIIE de Interconexión de Centrales Eléctricas y Centros de Carga. No obstante, hay solamente 23 o menos empresas a nivel nacional con esta acreditación, generando una demanda difícil de atender, tomando en cuenta que la mayor parte de estas empresas están en las principales ciudades del país.

La CRE se quedó con la tarea de generar otras unidades de inspección, como unidades que ayuden con el cumplimiento del código de red, permitiendo, entre otras cosas, la vigilancia de estas disposiciones para un correcto uso de la energía eléctrica en términos de calidad.
Pero en las que nos queremos enfocar es en las Unidades de Inspección de Generación Distribuida. Estas unidades podrían resolver la mayoría de los problemas generados por las malas calidades de las instalaciones, siendo las responsables de verificar o inspeccionar las cuestiones tanto mecánicas como eléctricas, y también específicas de los equipos, con equipos de medición que permitan garantizar la correcta instalación en términos de eficiencia, confiabilidad y seguridad.

Cabe mencionar que las nuevas DACG pretenden pasar parte de esta responsabilidad a un “supervisor” certificado ante CONOCER. El problema es que un Estándar de Competencia, y sobre todo este EC, no se mete en temas de mediciones o de confiabilidad del sistema. También otorga la creación de una figura con responsabilidad a terceros, como lo son Centros de Evaluación o Evaluadores Independientes cuya calidad varía.

Las Unidades de Inspección en Generación Distribuida podrían ser aprobadas sin menos burocracia por parte de la autoridad o de forma expedita, exigiendo capacitaciones, estudios y equipos de medición que permitan a la autoridad asegurarse la calidad de las unidades, así como sistemas de gestión de calidad apegados a la NMX-EC-17020-IMNC-2014, que autoricen la imparcialidad y el desempeño de las unidades.

Una vez creadas estas unidades, el certificado de inspección podría ser obligatorio en toda interconexión, no solamente en instalaciones de media tensión o de lugares de concentración pública, ya que el peligro que se genera por las centrales eléctricas puede ser en cualquier situación, no solamente en las grandes centrales.

¿Y por qué no usar las unidades de inspección actuales? Principalmente porque muchos de los inspectores no son expertos en generación distribuida en el tema de energía solar, muchos son expertos en sistemas de distribución o transmisión y aplican su conocimiento en grandes centrales eléctricas. Se requieren unidades con conocimiento en los certificados de los inversores, en las características de las conexiones y también en temas de estructuras enfocadas en energía solar. Y por el otro lado, no existen los suficientes inspectores para dar abasto a todas las centrales de generación que se interconectan cada día.

En cuanto a las unidades de verificación actuales, estas tienen como limitante la Norma Oficial Mexicana, donde solo se mete en temas de utilización de la electricidad y sus equipos. No figura en temas de eficiencia, calidad de energía ni en la parte estructural de las instalaciones, áreas que sí podrían ser vigiladas por las Unidades de Inspección de Generación Distribuida.

Contar con expertos en todo el país, que puedan revisar diferentes aspectos de las instalaciones solares, ya sea en lo eléctrico, estructural, comunicación con CENACE o hasta configuraciones de los inversores o próximamente las baterías para almacenamiento, nos permitirá tener una industria que pueda crecer de manera segura y ordenada, logrando que las instalaciones que se hacen de manera “fácil” o sin apego a la normativa no puedan ser autorizadas para su interconexión.

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