¿Reemplazarán los robots los trabajos de los instaladores solares?

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De pv magazine 04/25

Ante la escasez de mano de obra que afecta al segmento de la energía solar a gran escala, algunas empresas presentan a los llamados «supertrabajadores» robóticos como una solución. La startup californiana RoboForce aspira a desplegar una tropa de robots trabajadores en la Luna, pero, por ahora, sus ambiciones son más concretas y se centran en los promotores solares que no encuentran personal. Otra empresa estadounidense, Charge Robotics, está haciendo algo parecido.

«RoboForce se propone transformar el sector de la energía solar desplegando ‘mano de obra robotizada’ para paliar la escasez de mano de obra y mejorar la productividad, especialmente en entornos duros y exigentes», explica Veeral Hardev, responsable de desarrollo de negocio de la empresa.

La empresa comenzó el año con un anuncio de financiación de 10 millones de dólares y el lanzamiento de su último modelo en Intersolar North America 2025.

«Con el lanzamiento en breve de nuestros primeros proyectos piloto y la reciente construcción de nuestra minigranja solar de pruebas al aire libre, nuestro objetivo es mejorar significativamente la eficiencia en la construcción solar», afirma Hardev.

Una oportunidad de oro

Hardev declaró a pv magazine que ve la energía solar como el primer mercado de RoboForce y es fácil ver por qué. En Estados Unidos, los analistas del sector llevan tiempo advirtiendo de la escasez de mano de obra. En un informe del cuarto trimestre de 2024, el analista Wood Mackenzie y la Asociación de Industrias de la Energía Solar afirman que la escasez de mano de obra seguirá afectando a las instalaciones solares a gran escala.

Una combinación de escasez de mano de obra e inflación hizo que los costos laborales aumentaran un 10% en 2024. En informes más recientes, Wood Mackenzie ha pronosticado que la escasez de mano de obra seguirá siendo un problema en 2025.

La Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. estima que el empleo de instaladores solares crecerá un 48% de 2023 a 2033, mucho más rápido que la media de todas las ocupaciones. Se prevén unas 4.100 vacantes anuales de instaladores solares de media durante esa década. Se prevé que muchas de esas vacantes se produzcan por la necesidad de sustituir a trabajadores que se trasladan a otras ocupaciones o que abandonan la población activa, por ejemplo, al jubilarse.

Hardev afirma que estos problemas suponen «una enorme oportunidad de negocio» para RoboForce. En septiembre de 2024, la empresa firmó un memorando de entendimiento con CT Green Capital para implantar su tecnología en el proyecto de 1 GW a escala comercial del promotor, que requerirá aproximadamente 3 millones de paneles solares.

CT Green Capital es sólo uno de los muchos promotores que recurren a la automatización. Al otro lado del mundo, Neoen Australia está probando robots instaladores dotados de inteligencia artificial, fabricados por la empresa china Leapting, en su parque solar Culcairn de 350 MW en Riverina, Nueva Gales del Sur.

La seguridad ante todo

Dos personas que trabajaron en ese proyecto dijeron que la razón para desplegar los robots tenía más que ver con la seguridad que con la escasez de mano de obra.

Sin embargo, a juzgar por algunos de los comentarios que pv magazine ha recibido de los propios promotores de instalaciones solares, es posible que los evangelistas de la alta tecnología como RoboForce estén sobrestimando la capacidad actual del sector solar, y de hecho su apetito por automatizar completamente la instalación.

«El personal no ha sido una limitación importante para el proyecto, ya que la región de Riverina es dinámica en términos de desarrollo solar y es un lugar atractivo para vivir y trabajar», afirman los portavoces de Neoen en relación con la huerta solar de Culcairn. «Primero estudiamos el uso de robots desde el punto de vista de la seguridad y la ergonomía, ya que el tamaño y el peso de los módulos han aumentado en los últimos dos años».

La cuestión de la seguridad que plantea el creciente despliegue de robots en las obras es importante y no debe perderse de vista en medio de la necesidad de eficiencia.

Por el momento, Neoen está satisfecho con los robots de Leapting. «La solución de Leapting era el sistema más avanzado; era compatible con nuestros módulos y estaba listo para desplegarse», afirma uno de los portavoces. «Los robots llevan desplegados unas semanas. A medida que se entrenan con IA, se adaptan continuamente para mejorar la eficiencia. La tendencia que estamos viendo in situ es alentadora».

El promotor estadounidense AES Corp. optó por fabricar su propio robot, Maximo, puesto en marcha en julio de 2024. Desde entonces ha desplegado más de 10 MW en cuatro emplazamientos de la empresa, incluida su planta de 2 GW de energía solar más almacenamiento de California.

Nicolas Riehl, responsable de producto de Maximo en AES, afirma que la empresa está ampliando su flota de robots Maximo para cumplir su objetivo de instalación de 100 MW en 2025.

Al igual que Neoen Australia, la seguridad fue un factor importante en la decisión de AES de desplegar robots instaladores. Como explicó Riehl, los equipos que se dedican a la instalación de módulos solares «levantan y colocan cientos de módulos de más de 65 libras (casi 30 kg) al día, a menudo en entornos extremos como el calor del desierto».

«Al igual que el uso de una excavadora en lugar de una pala, Maximo hace que el trabajo sea menos agotador, lo que mejora las condiciones de trabajo de las cuadrillas de construcción y aporta un nuevo nivel de inclusividad a los trabajos de energía solar», dijo Riehl. «Un buen ejemplo de ello es que algunos miembros de nuestra cuadrilla eran mujeres embarazadas; trabajar junto a Maximo les permitió participar de forma segura en un segmento de la mano de obra del que, de otro modo, habrían quedado excluidas».

RoboForce también trabaja la seguridad como argumento de venta de sus robots, pero mantiene una visión mucho más pesimista de la capacidad de los desarrolladores para atraer y retener trabajadores humanos, a largo plazo, que cualquiera de los desarrolladores a los que se pidieron comentarios para este artículo.

¿Asistir o sustituir?

Hardev afirma que la mayoría de los competidores de RoboForce son «más como asistentes de trabajadores, en los que están ayudando, y todavía se necesitan trabajadores humanos para realizar las habilidades motoras finas y diestras».

«No están eliminando la necesidad de que los trabajadores hagan cosas repetitivas y exigentes», argumenta Hardev. «Pensemos en esas grandes instalaciones solares de cientos de megavatios o gigavatios, con millones de paneles solares».

«Cada uno de esos millones de paneles solares tiene probablemente entre cuatro y seis puntos de fijación. Todavía se necesita a alguien que haga ese tipo de trabajo a mano. Si te equivocas por más de un milímetro, no va a funcionar», agrega.

RoboForce está desarrollando su tecnología de IA para que sea autodidacta y pueda mantener la precisión independientemente del tipo de productos o del entorno en el que trabaje. Para ello ha tenido que realizar numerosos estudios de mercado y tomar nota de todas las limitaciones de seguridad a las que se enfrentan los trabajadores humanos.

Una de ellas era la altura, explica Hardev. «Cuando visitábamos las obras, veíamos a gente tumbada de espaldas haciendo el trabajo, intentando instalar cerca del suelo. Es difícil hacerlo. Y viceversa, a veces tienen que coger una escalera si está mucho más alto».

La ubicación es otro de esos factores, explica Hardev. «Dependiendo de dónde se construya el proyecto, hay ciertas consideraciones; si está en una zona inundable, normalmente, al menos en Estados Unidos, vemos que la altura mínima de separación del suelo es de unos dos tercios de metro del suelo. Nuestro robot tiene una columna por la que puede elevarse y unos brazos largos e industriales que le permiten llegar muy alto y muy bajo, al nivel del suelo».

Maximo, el competidor de RoboForce, también se ha diseñado para ser intuitivo, aunque para que pueda ayudar a los trabajadores, en lugar de sustituirlos. Gracias a la IA, Riehl y su equipo han reducido el tiempo necesario para formar a Maximo en nuevos módulos «de semanas a minutos».

«Esta solución aborda directamente la barrera de pasar rápidamente de un proyecto a otro y mantiene nuestra flota operativa durante todo el año», afirma Riehl. «Queríamos que Maximo fuera fácil de incorporar y sencillo para la formación de las tripulaciones. Hemos desarrollado y diseñado una interfaz de usuario y una experiencia de usuario y un programa de formación de última generación para que los miembros de las tripulaciones puedan incorporarse en cuestión de días».

«Además, estamos desarrollando un proceso de certificación formal para que los miembros de las tripulaciones puedan manejar nuestros robots. Con la seguridad como prioridad, en cada obra trabajamos en estrecha colaboración con las empresas de ingeniería, compras y construcción (EPC) y los propietarios de los proyectos para garantizar que nuestras operaciones cumplen las normas de seguridad más estrictas».

Riehl afirma que ha recibido comentarios positivos de las cuadrillas sindicales que han trabajado con Maximo en proyectos. «Uno de ellos afirmó que trabajar con Maximo fue una experiencia tan fantástica que no quiere volver a la instalación tradicional», añadió.

No hay soluciones milagrosas

Oana Penu es directora del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología InnoEnergy Skills Institute, respaldado por la Unión Europea. En su opinión, formar al personal para que trabaje con los robots de forma segura y eficiente es clave para el éxito a largo plazo de su implantación en instalaciones de servicios públicos.

«Los robots no son una panacea», advirtió. «Sin una inversión sustancial en formación para estas funciones de colaboración, corremos el riesgo de sustituir una escasez de mano de obra por otra».

También señaló que segmentos como la energía solar para tejados y residencial siguen dependiendo en gran medida de los trabajadores humanos. «Aunque los robots pueden colocar paneles, actualmente carecen de capacidad para realizar tareas como el cableado, las pruebas o la resolución de problemas. Son más eficaces en parques solares planos a gran escala. Las instalaciones en tejados y terrenos complejos seguirán necesitando mucho trabajo humano».

Desde el punto de vista de los tecnólogos, los trabajos manuales se automatizarán en su mayoría en el futuro. «Creemos que, a medida que se acerca la próxima generación, no existe el deseo de que la gente haga este tipo de trabajos», afirma Hardev. «Así que creemos que esta brecha se agravará con el tiempo. Es un gran reto y un punto débil del sector».

Es demasiado pronto para decir con seguridad si tiene razón en todas sus predicciones, pero, como los promotores parecen dispuestos a atestiguar, es cierto que los robots pueden ayudar a paliar la escasez de mano de obra y resolver los problemas de seguridad en los emplazamientos de servicios públicos.

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