El discurso y la realidad transitan por senderos opuestos en materia de energías renovables en el mundo

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Hoy se da a conocer de manera simultánea en las ciudades de Dubái y Berlín, el más reciente reporte de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) sobre el estado actual que guarda el impulso y las inversiones en materia de energías renovables en los cinco continentes.

De acuerdo con lo expresado en el despacho informativo que divulga IRENA el discurso aún muestra optimismo por alcanzar los objetivos planteados en la reciente conferencia mundial sobre cambio climático de Naciones Unidas, la COP28; pero las grandes inversiones de las economías de los países más desarrollados siguen yendo a los hidrocarburos.

Este es el reporte de IRENA

Las adiciones anuales de capacidad de energía renovable están fuera de alcance. Imagen de IRENA

Lograr el objetivo global fijado en la COP28 de triplicar la capacidad de energía renovable para 2030 depende en gran medida del establecimiento de condiciones propicias para dicho crecimiento. Triplicar la capacidad de energía renovable para 2030 es técnicamente factible y económicamente viable, pero su entrega requiere determinación, apoyo político e inversión a escala.

Seguimiento de los resultados de la COP28: Triplicar la capacidad de energía renovable para 2030 destaca que 2023 ha establecido un nuevo récord en el despliegue de energías renovables, añadiendo 473 GW a la combinación energética mundial. Sin embargo, el informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables, IRENA, concluye que triplicar la capacidad de energía renovable depende de superar las barreras sistémicas y estructurales a la transición energética.

La evolución de las políticas, los cambios geopolíticos y la disminución de los costos han contribuido a impulsar la rápida expansión de la energía renovable en los mercados de todo el mundo. Sin embargo, para triplicar la capacidad de energía renovable, se requieren esfuerzos concertados para mejorar la infraestructura, las políticas y las capacidades de la fuerza laboral, respaldados por un mayor financiamiento y una cooperación internacional más estrecha, como se describe en el informe Perspectivas de las Transiciones Energéticas Mundiales de IRENA presentado hoy en el Diálogo sobre Transiciones Energéticas de Berlín.

Istmo de Tehuantepec. Imagen de archivo de Rogelio López López. Asociación Mexicana de Energía Eólica

Se debe instalar un promedio de casi 1.100 GW de capacidad de energías renovables anualmente para 2030, más del doble del récord establecido en 2023. Las inversiones anuales en generación de energía renovable deben aumentar de 570 mil millones de dólares en 2023 a 1,550 mil millones de dólares en promedio entre 2024 y 2030.

Francesco La Camera, Director de IRENA: “A raíz del histórico consenso de los Emiratos Árabes Unidos sobre triplicar las energías renovables en la COP28, estas adiciones de capacidad, a pesar de establecer un nuevo récord, indican claramente que alcanzar el objetivo está lejos de estar garantizado. Como agencia custodio, IRENA monitorea el progreso relacionado en todos los indicadores clave cada año. Nuestros datos confirman que los avances siguen siendo insuficientes y que la transición energética sigue desviada. Necesitamos urgentemente un alejamiento sistémico de los combustibles fósiles para corregir el rumbo y mantener el objetivo de triplicar al alcance”.

Lograr el objetivo de triplicar está lejos de estar asegurado, ya que sería necesario desplegar 7,2 teravatios (TW) adicionales de energía renovable para alcanzar los 11 TW requeridos para 2030. Sin embargo, las proyecciones actuales indican que el objetivo seguirá fuera de alcance sin una intervención política urgente. Los países del G20, por ejemplo, deben aumentar su capacidad renovable de menos de 3 TW en 2022 a 9,4 TW para 2030, lo que representa más del 80 por ciento del total mundial.

Inversiones aceleradas en infraestructura y operaciones de sistemas (por ejemplo, redes eléctricas, almacenamiento), políticas y regulaciones revisadas (por ejemplo, diseño del mercado energético y permisos simplificados), medidas para fortalecer las cadenas de suministro y cultivar las habilidades necesarias, y aumentos sustanciales en las inversiones, incluidos fondos públicos facilitados a través de colaboración internacional – son imperativos.

Central fotovoltaica Puerto Peñasco, CFE. Sonora, México. Imagen de archivo de Chint

A pesar del considerable potencial renovable, los países en desarrollo han recibido niveles de inversión desproporcionadamente bajos. Aunque las inversiones relacionadas con la transición energética han alcanzado un nivel récord, superando los dos billones de dólares en 2023, los mercados emergentes y las economías en desarrollo representaron poco más de la mitad de las inversiones mundiales. 120 países en desarrollo atrajeron sólo el 15 por ciento de la inversión mundial en energías renovables, y el África subsahariana recibió menos del 1,5 por ciento, a pesar de albergar la mayor proporción de poblaciones privadas de energía.

Por el contrario, los combustibles fósiles recibieron 1,3 billones de dólares en subsidios en 2022, equivalente a la inversión anual necesaria en capacidad de generación renovable para lograr triplicarse para 2030.

Un aspecto clave del Escenario 1,5 ° C de IRENA es que el aumento en el uso de energía renovable debe ir acompañado de una correspondiente disminución de la dependencia de los combustibles fósiles. Ambos aspectos están rezagados. Solo los miembros del G20 desembolsaron una cifra récord de 1,4 billones de dólares en fondos públicos para impulsar los combustibles fósiles en 2022, lo que contradice directamente el compromiso asumido en la COP28 de hacer una transición para abandonar los combustibles fósiles.

Una mayor cooperación internacional será indispensable para garantizar flujos financieros hacia el Sur Global y cumplir el compromiso de triplicar. Los países del África subsahariana enfrentan algunos de los costos financieros más altos del mundo, lo que subraya la necesidad de una mayor colaboración internacional, incluida la participación de los bancos multilaterales de desarrollo y un papel más amplio de las finanzas públicas.

El uso estratégico de las finanzas públicas es fundamental para atraer inversiones a escala y lograr una transición energética inclusiva que genere beneficios socioeconómicos para todos. Esto requiere reformas estructurales, incluso dentro de los mecanismos financieros multilaterales, para apoyar eficazmente la transición energética en los países en desarrollo.

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