Mayores emisiones de carbono en la producción de ropa que las generadas por el transporte aéreo y marítimo

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Imagen de The climate reality project

El constante cambio de la moda en tendencias, temporadas, así como la fabricación de artículos de manera acelerada y de bajo costo, ocasiona una gran sobreproducción de prendas y accesorios año con año. La industria textil es la segunda más contaminante del mundo debido principalmente al modelo de negocios de la moda rápida: usar menos, comprar más. The Climate Reality Project América Latina asegura que la industria de la moda puede ser una herramienta poderosa para proteger nuestro planeta del calentamiento global y cada uno de nosotros puede impulsar este cambio.

Para poder cumplir con esta misión esta industria debe transformarse. Hoy, la fabricación de ropa, zapatos y accesorios consume cantidades excesivas de agua, energía y otros recursos naturales. Datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, aseguran que esta industria emite más carbono que los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos, siendo responsables de alrededor del 10 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global.

Cada día escuchamos nuevas historias acerca de los efectos devastadores en nuestras comunidades ocasionados por la contaminación y el calentamiento de nuestra casa común. Prueba de ello, es el segundo vertedero de textiles más grande del mundo ubicado en el desierto de Atacama en Chile, donde se han tirado al menos 100 mil toneladas de ropa, zapatos y accesorios. La gran mayoría de los textiles no son biodegradables por lo que, al permanecer al aire libre son capaces de liberar contaminantes a la atmósfera contribuyendo a acelerar el Cambio Climático. Además, contaminan las reservas de agua subterránea como parte de su proceso de descomposición. Esto sin contar que tan sólo para fabricar una playera de algodón y un par de jeans se necesitan más de 20 mil litros de agua.

Hoy, la industria de la moda tiene el potencial para evitar muchos de estos efectos, generar empleos dignos y utilizar su inigualable poder de unir e inspirar a millones de personas a través de la creatividad y la expresión. La buena noticia es que cada día surgen más alternativas para producir y consumir moda de una manera limpia, segura, justa, transparente y responsable. Depende de nuestras decisiones y patrones de consumo a nivel masivo que esta tendencia siga ganando terreno en el mercado.

El Slow Fashion conocido también como Moda Sostenible es una práctica de consumo responsable que cree en la moda como una fuerza positiva de cambio. Motiva a los consumidores a conocer de dónde viene su ropa y cuál es su impacto ambiental y social para ayudarlos a tomar mejores decisiones de compra. Además, ofrece a los productores alternativas responsables de fabricación. Este movimiento valora la transparencia de las marcas frente a sus consumidores, promueve el uso de productos sostenibles y de buena calidad para que sean más duraderos, invita a los consumidores a hacerse responsables de sus prendas y preferir calidad que cantidad.
¡La solución está en nuestras manos!

A continuación, The Climate Reality Project América Latina comparte algunas recomendaciones para cumplir con tus propósitos de 2022 y contribuir al cuidado del planeta sumándote a la tendencia slow fashion:

1. Investiga las prácticas ambientales y laborales de las marcas antes de consumir sus productos.

Como consumidores responsables, es nuestro deber averiguar lo más que podamos acerca de las marcas en donde vamos a invertir nuestro dinero. En el Índice de Transparencia de la Moda de Fashion Revolution puedes analizar el compromiso de las 250 marcas de moda más grandes del mundo, a través de 220 indicadores que cubren una amplia gama de temas sociales y ambientales como el bienestar animal, protección a la biodiversidad, uso de productos químicos, acción climática, trabajo forzado, libertad de asociación, igualdad de género, salarios dignos, prácticas de compra, información de proveedores, desperdicio y reciclaje, condiciones de trabajo y más.

2. Revisa las etiquetas de tus prendas antes de comprarlas, opta por utilizar ropa fabricada con productos sostenibles

Existen varias marcas de ropa y tiendas departamentales que producen ropa de forma masiva y de baja calidad a un precio accesible, en su mayoría los materiales provienen de fibras sintéticas derivadas del petróleo, algodones baratos y tinta tóxica que afecta directamente a la salud de los consumidores y al planeta. Por su mala calidad, la vida útil de la ropa se reduce e impide que pueda ser reutilizada, provocando que se deseche y termine en grandes vertederos de basura. Las prendas elaboradas de forma ecológica y sostenible con materiales orgánicos o reciclados que no contengan químicos o colorantes, benefician tanto a la salud como al medio ambiente. Un ejemplo es el algodón orgánico, que evita el uso de insecticidas y pesticidas en sus cultivos. Un estudio realizado por Textile Exchange indica que, al producir algodón orgánico se reduce 91 por ciento del consumo de agua en su elaboración.

3. Apoya al comercio local y opta por los productos artesanales

Cuando adquirimos productos o prendas artesanales impulsamos mejores oportunidades de trabajo y el desarrollo de comunidades enteras. La producción en masa de ropa y accesorios ha frenado la comercialización de artesanías que son producto de la herencia de generaciones alrededor del mundo. Millones de personas, principalmente mujeres, dependen del trabajo artesanal que ofrece productos obtenidos a través de procesos menos contaminantes, elaborados con materiales naturales. La venta y producción de estos productos es local, evita el transporte de largas distancias y al mismo tiempo se apoya el comercio justo.

4. Intercambia tu ropa

Si tienes ropa nueva o en buenas condiciones, que ya no te interesa o no vas a utilizar, puedes intercambiarla por otra en tiendas como Verde Permuta o Manosanta. Ambas tiendas son proyectos de moda sostenible que se encargan de recolectar y reparar prendas de segunda mano para venderlas o hacer intercambios como parte de su catálogo.

5. Compra ropa de segunda mano

Actualmente es posible encontrar ropa y accesorios de segunda mano en buen estado y a un precio muy accesible, lo que te permite actualizar tu guardarropa y al mismo tiempo contribuir al cuidado del medio ambiente. Puedes encontrar ropa de buena calidad y en algunos casos de grandes marcas y diseñadores en proyectos para rescatar ropa de diseñadores nacionales seminueva como Rodando Glam.

6. Dale un toque personal a tu ropa

Para alargar la vida de tus prendas puedes repararla, modificarla y personalizarla, los detalles hacen la diferencia. Una prenda sencilla puede lucir completamente diferente si le agregas algún bordado o estampado, existen técnicas como el Tie Dye un proceso en el cual tu ropa vieja puede convertirse en un diseño increíble, puedes mezclar los colores que más te gusten, con tintas de distintos colores que sean amigables con el planeta.

7. Cuida tu ropa

El lavado y cuidado de tu ropa son factores muy importantes para alargar la vida de tus prendas. Opta por productos ecológicos de lavado, utiliza detergentes ecológicos y biodegradables que cuidarán de tu ropa y del medio ambiente. Para evitar la degradación del tejido y el color en tu ropa, lávala con agua fría, de esta forma ahorrarás gas, energía y dinero. Datos del Foro Económico Mundial aseguran que la producción de ropa se duplicó entre 2000 y 2014, debido a que los consumidores compraron hasta un 60 por ciento más de artículos.

Para lograr que la industria de la moda sea sostenible, necesitamos acabar con la cultura del desperdicio y el consumo desmedido, por lo que arreglar, reciclar o modificar nuestras prendas para alargar su vida útil es una opción sustentable y que va con las tendencias del fashion actual. El consumo responsable y consciente es la mejor alternativa para ayudar al medio ambiente; elegir prendas que sean amigables con el entorno, de buena calidad y comprar productos artesanales, son algunas decisiones que favorecen a nuestra economía y a la naturaleza.

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