El presidente Trump firmó una orden ejecutiva para acelerar la producción nacional de minerales críticos apelando a poderes de emergencia para agilizar los permisos y aumentar la financiación y los préstamos para proyectos de minería mineral.
Los minerales cubiertos por la orden incluyen uranio, cobre, potasa, oro y cualquier otro elemento, compuesto o material según lo determine el presidente del Consejo Nacional de Dominio de la Energía, como el carbón. El níquel, el cobre y otros minerales se utilizan en la fabricación de módulos solares a base de silicio.
«El acceso a materias primas críticas sigue siendo una barrera significativa para escalar la producción de energía limpia aquí en casa», dijo Abigail Ross Hopper, directora ejecutiva de la Asociación de Industrias de Energía Solar (SEIA). «La orden ejecutiva del presidente Trump da pasos cruciales para abordar estos desafíos al mejorar la coordinación entre las agencias y agilizar el proceso de permisos.»
«Con una lista ampliada de minerales ‘críticos’, soluciones de financiación innovadoras y una elegibilidad más amplia para el programa FAST-41, esta orden abre nuevas oportunidades para superar los obstáculos y acelerar el crecimiento de la fabricación y el despliegue de energía limpia en los Estados Unidos», dijo Ross Hopper.
FAST-41 es un proceso establecido legislativamente para mejorar la coordinación de las agencias federales y la puntualidad de las revisiones ambientales para proyectos de infraestructura.
Una serie de minerales como el grafito, el cobre, el manganeso y el litio se utilizan en baterías para el almacenamiento de energía a largo plazo, sistemas de respaldo doméstico y baterías de vehículos eléctricos.
Rebecca Konolige, directora de asuntos federales de la Asociación de Transporte de Emisiones Cero, declaró: «El desarrollo de minerales de roca dura -desde su extracción hasta su procesamiento y refinado- es realmente la base de nuestra economía moderna. Materias primas como el cobre, el grafito, el litio y el cobalto son esenciales para innumerables tecnologías avanzadas, desde los sistemas de misiles a la electrónica de consumo a los vehículos eléctricos».
«Permitir que Estados Unidos compita de verdad en estos sectores es necesario para mantener nuestra ventaja en el mercado mundial y crear puestos de trabajo aquí en casa», afirmó Konolige. «Esto es más importante que nunca a medida que las naciones aliadas trabajan para reorientar las cadenas de suministro críticas lejos de los adversarios extranjeros, y el sector privado trabaja para desarrollar una fuente segura y confiable de minerales para apoyar la fabricación nacional».
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