El mayor reto a la hora de instalar un sistema fotovoltaico en una línea ferroviaria muy transitada fue convencer a todo el mundo de que era posible.
El proyecto piloto de Buttes, que discurre a lo largo de las vías férreas cerca de la estación de Buttes, en la región suiza de Neuchâtel, cuenta con 48 paneles solares totalmente negros con una potencia de hasta 380 W cada uno. Su producción total estimada es de 16.000 kWh al año.
Según Joseph Scuderi, el concepto de energía solar en vías férreas no es nuevo. Lo que sí es nuevo, afirma, es que los paneles de este proyecto piloto se pueden retirar deslizándolos, lo que abarata los trabajos de mantenimiento.
«Esto es muy importante porque cada tres o cuatro años hay que realizar un gran mantenimiento de las vías y, si se tienen paneles fotovoltaicos instalados con tornillos, no se puede hacer», explica. «Por lo tanto, este sistema desmontable es muy importante para la infraestructura ferroviaria».
Afirma que el proyecto piloto ha sido «rentable, con un costo nivelado de la energía (LCOE) de entre 0,06 y 0,08 euros». El costo total fue de 621.008 euros (717 .590 dólares), lo que, según Scuderi, no era tan elevado e incluía el costo de todos los informes de investigación durante un periodo de dos años.
Aunque no es ingeniero, Scuderi tiene experiencia en marketing y conoce bien el mercado fotovoltaico. Desarrolló el proyecto de las vías del tren para dar «una respuesta al mercado» y a la falta de terrenos disponibles, un problema que afecta a Suiza y a otras regiones. A pesar de ofrecer la respuesta, dijo que el proyecto tardó en obtener la autorización.
«Hacer energía fotovoltaica en la infraestructura ferroviaria es algo muy nuevo para todo el mundo», admitió Scuderi, añadiendo que es probable que se tengan que hacer proyectos piloto similares en cualquier país que quiera emular el proyecto suizo.
No falta el interés internacional.
«La semana pasada, una empresa del sector ferroviario indonesio vino a ver el proyecto piloto para convencerse de que era real y no un vídeo falso», dijo Scuderi. «Todos nuestros prototipos han sido validados para que el tren pase por encima a una velocidad de hasta 150 km/h, y los trenes del proyecto piloto pasan a 90 km/h, por lo que tenemos un margen de seguridad».
Dijo que también ha visto interés por parte de Japón y Corea del Sur, donde los trenes circulan a más de 300 km/h. Su equipo está trabajando ahora para superar su límite actual y poder salir al mercado en estas regiones. La instalación puede ser otro reto, pero el socio de Sun-Ways desarrolló la tecnología para construir el proyecto piloto suizo, por lo que solo se tardó un día en instalar todo el piloto de 1 km.
Ahora, Scuderi tiene la mirada puesta en su próximo proyecto «ferrovoltaico», una colaboración con una universidad suiza para desarrollar una red inteligente ferroviaria que puedan utilizar tanto los trenes como las entidades públicas y privadas.
La idea detrás del proyecto de red inteligente es eliminar la necesidad de inversores junto a las vías del tren. Propone una microrred ferroviaria que permita integrar en la red ferroviaria instalaciones fotovoltaicas lineales y puntos de recarga para vehículos eléctricos y autobuses. Una microrred ferroviaria es como una extensión de la red eléctrica ferroviaria y la integración se basa en el uso de una catenaria (sistema de cables aéreos) como sistema de distribución de energía.
«Esto es algo muy nuevo», afirma Scuderi. «Estamos en el comienzo de una nueva historia para el ferrocarril y las plantas de energía solar».
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