Investigadores de la Universidad de Stanford han estudiado la eficiencia de una célula solar de unión simple que utiliza dicalcogenuros de metales de transición como MoS2, MoSe2, WS2 y WSe2 como absorbentes. El dispositivo ha mostrado una sustancial capacidad de absorción de luz en películas ultrafinas de 5 nanómetros (nm), alcanzando altos niveles de corriente de cortocircuito.
Científicos de Bangladesh diseñaron una célula solar de teluro de cadmio con materiales de contacto superior/superior y posterior de aluminio (Al) y níquel (Ni). Al parecer, el dispositivo mostró una eficiencia cuántica de alrededor del 100 % en longitudes de onda visibles.
Científicos chinos construyeron el dispositivo depositando múltiples nanopelículas metálicas en ambas caras mediante deposición química en fase vapor potenciada por plasma. La célula alcanzó una tensión de circuito abierto de 684 mV, una densidad de corriente de cortocircuito de 38,2 mA/cm2 y un factor de llenado del 80,8%.
Investigadores del Fraunhofer ISE utilizaron una nueva técnica de metalización frontal para producir una célula solar de arseniuro de galio III-V. Para la metalización frontal de la máscara y la placa, utilizaron un nuevo esquema de impresión en dos pasos que, según se informa, permite la realización de aberturas de máscara extremadamente estrechas.
Investigadores iraníes han diseñado una nueva estructura de captación de luz (LT) para células solares de perovskita que, según se informa, consigue una absorción óptima de la luz sin afectar a las propiedades eléctricas de las células.
Según los dos institutos de investigación, la célula solar multiunión se basa en silicio, fosfuro de indio y galio (GaInP) y arseniuro de galio (GaAs). El dispositivo utiliza un nanorrevestimiento de metal/polímero especialmente diseñado que, según se informa, optimiza la distribución de la dispersión de la luz más allá del ángulo crítico de reflexión interna total en la célula.
Científicos del instituto alemán Fraunhofer ISE han diseñado una célula solar de triple unión formada por subcélulas de perovskita-perovskita-silicio. El dispositivo alcanza una eficiencia del 20,1% y una notable tensión en circuito abierto de más de 2,8 V.
Científicos indios construyeron un dispositivo fotovoltaico de perovskita invertida que utiliza una monocapa autoensamblada para suprimir la recombinación no radiativa en la interfaz entre el absorbedor de perovskita y la capa de transporte de huecos. La célula alcanzó una eficiencia notable y también fue capaz de conservar el índice de eficiencia inicial durante 3.000 h.
Construido por investigadores daneses, el dispositivo también alcanzó una eficiencia de conversión de potencia del 5,0%. Diseñaron la célula con un sustrato de vidrio sodocálcico, una capa de óxido de estaño (FTO), una capa de transporte de electrones de óxido de titanio (TiO2), un absorbedor de selenio, una capa de óxido de molibdeno (MoOx) y un contacto metálico de oro (Au).
Científicos chinos han fabricado una célula solar orgánica basada en una capa de transporte de huecos de óxido de indio y estaño modificada con una capa interfacial de cloruro de indio (InCl3) reciclado.
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